El Ejército de Israel confirmó este martes haber terminado con la vida de tres milicianos de Hamás, en dos ataques perpetrados hace una semana en Gaza, quienes habían participado en la masacre del 7 de octubre, en la que 1.200 personas murieron en suelo israelí.
Según un comunicado castrense, Muhamad Rafai murió el pasado 30 de septiembre en una operación conjunta entre las fuerzas aéreas y los servicios de inteligencia, que acordaron bombardear «un centro de mando y control» de Hamás incrustado en la escuela Shujaiya, en el barrio de Daraj Tuffah, este de la ciudad de Gaza.
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En este mismo ataque, según fuentes palestinas, murieron al menos siete personas y un número indeterminado resultó herido, pues esta escuela albergaba a personas desplazadas de Tuffah.
«Rafai había participado en la masacre del 7 de octubre en las zonas de Kfar Aza y Nahal Oz y estaba involucrado en actividades terroristas contra las tropas y civiles israelíes», dijo el Ejército.
En otra operación conjunta en Rafah (sur) el 1 de octubre de 2024, un caza israelí mató a Muhamad Zinon y Basel Ahras, quien según fuentes castrenses también estuvieron involucrados en los ataques.
En Gaza, cuando ya se cumple un año del inicio de una devastadora guerra, cerca de 42.000 personas han muerto y unas 96.000 han sido heridas, según datos del Ministerio de Sanidad. Por su parte, el Ejército israelí estima que unos 17.000 milicianos de Hamás habrían muerto desde entonces.
Un año después de los letales ataques de Hamás, Israel se centra ahora en una ofensiva aérea y terrestre en el Líbano, después de que el pasado 8 de octubre de 2023 la milicia-partido chií Hizbulá comenzase a atacar el norte del país hebreo en un gesto de solidaridad con Gaza.
«Ayer conmemoramos el día en que las Fuerzas de Defensa de Israel aprendieron una lección importante», dijo hoy el portavoz castrense para la prensa internacional, Nadav Shoshani, en alusión al primer aniversario de las masacres de Hamás.
«Es precisamente por esa lección que hoy estamos operando en el sur del Líbano. No esperaremos a que los terroristas que quieren vernos muertos continúen armándose y planeando la aniquilación de nuestros civiles», añadió.
En el último año, más de 2.000 personas han muerto en el Líbano, la mayoría en la escalada ofensiva y los bombardeos israelíes de las últimas dos semanas, y 1,2 millones de personas han sido desplazadas de sus casas.
Con información de EFE
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