La vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, España, Susana Camarero, afirmó este domingo que el Gobierno local no planea despedir a ningún integrante del organismo, en medio de las acusaciones por mala gestión de la crisis provocada por lluvias torrenciales, originadas de la depresión aislada en niveles altos (DANA), que arrasaron 75 municipios de la zona. «No es una opción ninguna dimisión», expresó Camarero, al argumentar que los funcionarios públicos están centrados en la «reconstrucción» y en «devolver la normalidad a las personas».
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En respuesta a la manifestación masiva convocada el pasado sábado para exigir la dimisión del presidente de la comunidad, Carlos Mazón, la alta funcionaria declaró que el Gobierno respeta el objetivo de la protesta y lamenta los disturbios y actos vandálicos de grupos minoritarios, que solo distorsionaron el mensaje de las organizaciones participantes. «La violencia no es una opción«, agregó, y enfatizó el carácter pacífico del evento.
Asimismo, Camarero anunció que el próximo jueves, Mazón intervendrá en las Cortes Valencianas y «detallará todos los acontecimientos de esta tarde». Seguidamente, señaló que «todo el Gobierno valenciano está a disposición del presidente. Le corresponde a él la decisión y el momento», añadió, al responder a la cuestión de si habrá cambios en la composición del Ejecutivo. Por su parte, Mazón expresó su respeto por el «dolor» mostrado a los participantes de la manifestación de Valencia.
El representante del partido Sumar, Ernest Urtasun, quien gobierna en coalición con el Partido Socialista Obrero Español a escala nacional, afirmó que su partido se unió a las exigencias de la destitución de Mazón. «Si el señor Mazón no escucha a la calle en Valencia, debe ser Feijóo que le exija que dé un paso atrás, y eso le pedimos y le exigimos también al señor Feijóo», declaró. Alberto Núñez Feijóo es el presidente del Partido Popular de España, al cual está adscrito Mazón.
Este sábado, en calles de la ciudad de Valencia se registraron choques entre la policía y manifestantes que se unieron en la acción de protesta, en la que se congregaron unas 130 mil personas. Durante la protesta se produjo un intento de incendiar la puerta principal del Ayuntamiento. Además, se rompieron cristales de la planta baja, mientras las paredes del edificio fueron vandalizadas con pintura.
Con información de RT
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