El premio Nobel de Economía ha premiado este año a los estadounidenses Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson por sus mejoras en la teoría de las subastas e invención de nuevos formatos de subastas, según ha anunciado este lunes la Real Academia Sueca de las Ciencias.
“No solo han clarificado cómo funcionan las subastas y por qué los que hacen una oferta se comportan de cierta manera, sino que han utilizado sus descubrimientos teóricos para inventar nuevos formatos de subasta totalmente nuevos para la venta de bienes y servicios”, se expone desde la entidad.
Tanto Milgrom como Wilson son académicos en la Universidad de Stanford, viven en la misma calle y han trabajado juntos. Sus nombres sonaban desde hace años, pero no estaban en las quinielas más recientes.
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Durante la ceremonia, la academia sueca contactó en directo a Robert Wilson, de 83 años, cuando eran las tres de la mañana y admitieron que no cogía el teléfono. Cuando contestó, el profesor estaba visiblemente emocionado y algo confundido. “La verdad es que no participo mucho en las subastas. Lo último que conseguí fueron unas botas de esquí en eBay”, confesó.
Se estima que las subastas ya tenían lugar hace 2.500 años en la civilización babilonicense. Hoy están en todas partes, sostiene la academia sueca. El modelo de Milgrom y Wilson se perfeccionó en 1994, antes de la llegada de internet. Pero su aplicación ha adquirido validez e importancia precisamente con la red. Cuando uno abre el ordenador y accede a un buscador, los anunciantes ocupan el espacio gracias a una subasta. Cuando se paga la factura de la luz, también el precio es resultado de una pugna.
Trayectoria y perfil
Académicos en la Universidad de Stanford, viven en la misma calle y han trabajado juntos
“Para entender el trabajo de Wilson y Milgrom, consideremos un vaso transparente lleno de monedas. Para hacerse con el recipiente, habrá que saber cuál es el precio razonable a pagar y para esto habrá que saber cuántas monedas hay en su interior”, indican los expertos del Comité.
Una de las aportaciones de estos Nobel reside precisamente en la distinción entre el valor privado del bien subastado y el valor común. Ambos componentes tienen su importancia e influyen en e mecanismo. De hecho la actual estructura económica hace que el sistema de las subastas sea de gran actualidad, pensemos en la asignación de unas radiofrecuencias en un determinado territorio o en la asignación de las cuotas de emisión de CO2, un tema que el mismo Wilson consideró que va a ser crucial en los próximos años.
Milgrom es también empresario y consultor y ha logrado incluso algunas patentes. Una de sus preocupaciones es que las subastas sean simples de acceder y que, al mismo tiempo, permitan cumplir con el objetivo del subastador, que a veces es un interés público. Así ha sido contratado por el gobierno de EE.UU. para la subasta de las frecuencias radioeléctricas.
En cuanto a Wilson, sus trabajos han ido más allá de las subastas. Sirviéndose de la teoría de los juegos, ha desarrollado investigaciones en el valor de la reputación –un activo muy considerado en las economías de las redes sociales– y de qué manera puede ayudar las diferentes partes a cooperar. Recientemente estaba estudiando las lógicas económicas detrás de la decisión de hacer regalos.
Con información La Vanguardia
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