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Trump y Putin terminan la reunión en Alaska sin acuerdo sobre Ucrania

Donald Trump había desenrollado la alfombra roja para recibir a Vladímir Putin en suelo estadounidense y el presidente ruso ha regresado a Moscú sin siquiera entregarle ningún acuerdo al republicano. Después de tres horas de reunión en Anchorage, Alaska, Trump ha comparecido al lado de Putin para anunciar que se ha tratado de un encuentro “muy productivo” pero que aún no se ha llegado a ningún acuerdo sobre el alto el fuego en Ucrania. El republicano ha vuelto a ver cómo se le escurre el Nobel de la Paz entre las manos mientras Putin gana más tiempo para consolidar la invasión.

“Hemos tenido una reunión extremadamente productiva y se han acordado muchos puntos”, dijo el presidente estadounidense a los periodistas. “Solo quedan muy pocos [por cerrar]. Algunos no son muy significativos; uno probablemente es el más significativo. Pero tenemos muchas posibilidades de llegar a ello: no lo hemos logrado aún, pero tenemos muchas posibilidades de lograrlo”.

El cara a cara ha terminado siendo una conversación a seis. Trump ha asistido acompañado del secretario de Estado, Marco Rubio, y el enviado especial, Steve Witkoff. A Putin lo escoltaban su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y el ayudante del Kremlin, Yuri Ushakov.

La Casa Blanca se había encargado de rebajar las expectativas de la reunión en Alaska y ya hablaba a principios de semana de una oportunidad para “obtener una mejor idea de cómo poner fin a esta guerra”, en lugar de una cita donde lograr el alto el fuego. El mismo Trump lo había avanzado y ponía el foco en el próximo encuentro, el cual quiere que sea “trilateral” e incluya al presidente ucraniano Volodímir Zelenski.

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El viernes por la mañana, cuando aún estaba a bordo del Air Force One rumbo a Alaska, Trump advertía que no estaría contento si no lograba un acuerdo. Aunque tampoco veía claro que eso sucediera. Ciertamente, el descontento del magnate se ha reflejado en la rapidez con la que ha finalizado la comparecencia. Trump ha terminado el anuncio de manera abrupta y sin permitir a los periodistas que pudieran hacer preguntas.

Sobre los avances y los puntos que quedaban por cerrar, Trump ha hablado de uno especialmente “significativo”. Con toda probabilidad, puede que se trate del reparto de tierras de Ucrania. Los días previos al encuentro, el presidente estadounidense ya había dejado en el aire que sería necesario un intercambio de territorios entre ambos países para poner fin al conflicto. Asimismo, el miércoles hacía una promesa envenenada a los socios europeos y a Zelenski: no habría cesiones territoriales sin contar con Ucrania.

En cierto modo, Trump ha cumplido su palabra. Por el momento no se ha hablado de ninguna concesión territorial, pero probablemente haya sido un punto abordado por ambas partes durante el cara a cara. Ambas potencias seguramente hayan trazado de antemano las líneas en el mapa, para después presentárselo a Zelenski. Putin ya lo ha hecho notar cuando en su intervención ha pedido a Europa y Kyiv que no “obstaculicen” el camino que él y Trump han cimentado hoy en Alaska para llegar al final del conflicto.

Trump ha afirmado que al finalizar la comparecencia llamaría a la OTAN y “por supuesto al presidente Zelenski” para informarles de lo hablado en Anchorage.

Después de ser el primer líder ruso que pisaba suelo estadounidense desde antes de la disolución de la URSS, Putin ha vuelto a regalar otra escena insólita. Ha sido él, y no Trump, el primero en hablar cuando ambos han comparecido ante la prensa. El mandatario ruso ha ofrecido un amplio discurso histórico sobre Alaska y la “herencia común” que comparte con Estados Unidos. El territorio ártico fue vendido por el emperador Alejandro II al presidente Andrew Johnson en el siglo XIX, y aún quedan pequeñas comunidades rusohablantes en el territorio.

Putin, que aún resuena con la idea del imperio ruso y la vieja patria soviética, también ha hablado de las raíces comunes con Ucrania. “Siempre hemos considerado a Ucrania como una nación, y como hemos dicho múltiples veces, como una nación hermana. Por muy extraño que pueda sonar en este contexto, tenemos las mismas raíces, y todo lo que está pasando es una tragedia y una terrible herida para nosotros”, ha dicho Putin, quien en el fondo quiere recuperar aquellos territorios que considera que le fueron arrebatados a la Unión Soviética con su desintegración (como Ucrania).

A diferencia de Trump, que justo después de él dijo que no se había llegado a un acuerdo, Putin sí habló de un entendimiento. A pesar de que no dio más detalles, insistió en la necesidad de “eliminar” las causas primeras del conflicto. El ruso se refería a la línea roja de la no adhesión de Ucrania a la OTAN. “Estoy de acuerdo con el presidente Trump, como ha dicho hoy, en que naturalmente la seguridad de Ucrania también debería estar garantizada”, añadió. Visto el resultado, el nerviosismo de Europa y Zelenski ante la cita estaba más que justificado.

Antes de la reunión, en el Air Force One rumbo a Anchorage, Trump afirmaba por primera vez en público que estaba abierto a la “posibilidad” de ofrecer garantías de seguridad a Ucrania, “junto con otros países de Europa y otros países”. Ahora bien, hacía un equilibrio para no asustar a Putin y puntualizaba que estas protecciones no podrían ser a través de la OTAN. También dejaba claro que: “No estoy aquí para negociar por Ucrania. Estoy aquí para conseguir que él se siente a una mesa”.

Con información de El Diario

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