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Estos países impiden que los adolescentes las consuman bebidas energéticas

Las bebidas energéticas ganan terreno entre los jóvenes y las consecuencias de su consumo producen excitabilidad, alteraciones del sueño o baja calidad de este, cefalea, hipertensión, extrasístoles, desórdenes de la conducta o alteraciones emocionales, entre otras.

El Portal Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad revela que en 2014 el 40,4% de los adolescentes de entre los 14 y los 18 años había tomado alguna bebida energética en el último mes; en 2023, la cifra aumentaba hasta alcanzar casi el 48%.

¿El fin de las bebidas energéticas?

La presidenta del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Rosaura Leis, refiere en entrevista a El Confidencial que su consumo se relaciona con mayor riesgo de obesidad y sus comorbilidades asociadas, como resistencia a la insulina o hipercolesterolemia.

«Los hábitos no saludables en la edad no pediátrica no solo se asocian con patología a corto plazo, sino que suponen un mayor riesgo de continuidad en edades posteriores y dejan una impronta metabólica, condicionando la morbilidad y mortalidad en edades posteriores», explica.

 En ese contexto, agrega que las bebidas estimulantes y no energéticas pueden conllevar adicción y que las investigaciones apuntan a que se asocian con el consumo de alcohol y otras sustancias y hábitos tóxicos.

Países impiden que los adolescentes las consuman

La encuesta mencionada anteriormente también recoge que la prevalencia entre los estudiantes del consumo de bebidas energéticas mezcladas con alcohol en los últimos 30 días era del 19,5%.

Ante ello, son varios los gobiernos autonómicos que están tomando cartas sobre el asunto para regular la venta para estos jóvenes, pero España va retrasada respecto a otros países de Europa.

Desde 2023, en Galicia se está trabajando en un proyecto de ley que recientemente ha conseguido luz verde. La nueva normativa busca restringir el acceso de menores a este tipo de bebidas, junto con los vapeadores. De esta manera, se prohíbe su venta a este grupo al equiparar estos productos con el alcohol y el tabaco.

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Por su parte, Asturias confirmó que espera que el proyecto de Ley de Bebidas Energéticas sea aprobado por el Consejo de Gobierno en las últimas semanas de otoño y que pueda ser tramitado en la Junta General de modo que entre en vigor en 2026.

El consejero de Ordenación de Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos, Ovidio Zapico, aseguró en una rueda de prensa que busca «proteger a los menores de 16 años» al regular la compra, la venta, el suministro y el consumo de las bebidas energéticas. Además, estimó que hay 30.000 menores de 12 a 16 como potenciales consumidores.

Baleares también se ha sumado y, recientemente, la presidenta del Govern, Marga Prohens, afirmó que se prohibirá consumir bebidas energéticas, así como productos ultraprocesados en las salidas escolares y los viajes de estudio.

Algunos países europeos van una década por delante, como Lituania y Letonia. La primera fue pionera, en mayo de 2014, imponiendo multas de entre 57 y 115 euros por la venta de bebidas energéticas a menores y penalizando a los adultos que las compren para un menor, con sanciones de entre 14 y 57 euros.

Hace más de un año, Polonia y Rumanía también restringieron su venta a este grupo de edad. Los últimos en prohibirlas han sido Hungría, en mayo de este año, y Bulgaria. A su vez, Reino Unido prepara un proyecto de ley para su prohibición a los menores de 16 años.

En República Checa, aún no hay restricciones, pero un grupo de parlamentarios está presionando para imponerlas. Actualmente, existen alrededor de 200 tipos de estas bebidas con cafeína y energéticas en el mercado checo.

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