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Valencianos exigen un salario acorde para cubrir nuevo pasaje urbano

A los valencianos el aumento del pasaje no los tomó por sorpresa. Desde hace un par de semanas se rumoraba por las paradas que elevarían la tarifa, pero esta semana, cuando los transportistas a cobrar los 30 mil bolívares, los pasajeros sintieron que su economía sumaba una nueva amenaza.

Carmen González tendría que tomar 20 autobuses a la semana para ir a su trabajo y regresar a caso. Para ella el problema no es el incremento, sino que su sueldo de docente no le alcanza ni para el gasto del transporte de cinco días. Tampoco para hacer mercado. “Necesitamos un salario acorde que nos permita cubrir los alimentos, el pasaje y todas las necesidades”.

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María López también es empleada pública y sus ingresos no son suficientes para usar diariamente en una unidad de transporte. Verse forzada a caminar más seguido y tomar camionetas en casos estrictamente necesarios la llena de impotencia. “Ellos aumentan cada vez que les da la gana y uno no puede hacer nada, ya nos acostumbramos”.

Otros pasajeros creen que el incremento era justo y necesario al ponerse en los zapatos de los transportistas. “Para muchos no es conveniente porque el sueldo mínimo es insuficiente, pero a todos nos afecta esta situación. Así como nosotros comemos, ellos comen”, consideró María Carolina Hernández.

Ilusión

Para los choferes y colectores el incremento del pasaje no es más que una ilusión que se disolverá por la devaluación de la moneda nacional antes que termine el año.

Jorman Torrealba, transportista de la Asociación Civil Unión La Esmeralda, aseguró que con la tarifa a Bs. 30.000 todavía es difícil mantener completamente operativas las camionetas, cuyos repuestos son cotizados en dólares. “Ahorita el aumento nos permite medio sustentar las unidades, pero recuerden que nosotros ganamos en bolívares. En menos de dos meses quedará por el suelo”.

No hay efectivo

Beatriz Fernández considera que lo más complicado es conseguir efectivo. La última vez optó por cambiar divisas con un colector, pero le cobró intereses del 25%. “Ellos a veces abusan. El dólar supera los 450 y te lo reciben a 350. A eso tienes que restarle los 30 que te cobran del pasaje”.

La problemática se agudizó desde que las entidades bancarias se acoplaron al esquema 7×7 de la cuarentena, obligando a las personas a buscar el papel moneda en bodegas o abastos que también cobran intereses por el cambio.

Para Eliana Amaya la situación es agobiante y no sólo por la escasez de efectivo. “Cada día vamos de mal en peor. “Ningún trabajador gana para costear el pasaje, tenemos que parir en plena pandemia para agarrar una camioneta”.

Con información El Carabobeño


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