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Maduro profundizó alianza militar con Rusia e Irán en medio de tensiones con EEUU

En un contexto de creciente presión y despliegue militar de Estados Unidos en la región del Caribe y el Pacífico, Venezuela está fortaleciendo y profundizando sus lazos de cooperación estratégica y defensa con Rusia e Irán.

Esta escalada diplomática y militar se produce tras la reciente declaración de un «conflicto armado no internacional» por parte de Washington contra los carteles de la droga, lo que ha sido interpretado por Caracas como una amenaza directa a su soberanía y estabilidad nacional.

El gobierno venezolano ha intensificado sus gestiones ante sus aliados para reforzar sus capacidades defensivas.

Los reportes indican que la solicitud de asistencia militar a Moscú, Teherán y Pekín incluye equipamiento avanzado como nuevos sistemas de radar, drones de largo alcance con capacidad de vigilancia de hasta 1.000 kilómetros, y tecnología crucial como inhibidores de GPS.

Este último tipo de armamento busca neutralizar las capacidades de monitoreo y ataque de fuerzas externas, particularmente las desplegadas por EEUU en la zona.

Refuerzo de lazos estratégicos y asistencia técnica

La alianza con Rusia se formalizó y consolidó previamente con la firma de un Acuerdo de Asociación y Cooperación Estratégica por 10 años en mayo de 2025, que abarca la seguridad y la defensa.

Venezuela ya cuenta con un vasto arsenal de fabricación rusa, incluyendo sistemas antiaéreos BUK y S-300, así como aviones de combate Sukhoi Su-30MKV.

La cooperación no se limita a la compra de material; también incluye asistencia técnica para el mantenimiento de este equipo y apoyo en el desarrollo de infraestructura militar.

Por su parte, la relación con Irán se enfoca principalmente en la transferencia de tecnología y el desarrollo de sistemas no tripulados (drones) y capacidades de inteligencia.

Esta búsqueda de un «blindaje» militar refleja la determinación de Venezuela de contrarrestar el despliegue naval más grande de EEUU en décadas en Latinoamérica.

La recepción de ayuda militar rusa, confirmada por Moscú, subraya el compromiso de estas naciones por cimentar una visión alternativa del orden mundial, resistiendo las presiones externas y consolidando un bloque geopolítico en la región.

Expertos señalan que, si bien la asistencia militar de estos países no necesariamente implica un compromiso de defensa activa en caso de conflicto, sí representa un importante respaldo político y una herramienta disuasoria.

Este eje estratégico, que vincula a Venezuela con potencias eurasiáticas, transforma la dinámica regional, elevando las tensiones en el Caribe y el Pacífico a niveles de interés global. La respuesta de Moscú y Teherán consolida la posición del país en el marco de la multipolaridad emergente.

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