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Venezuela gran productora de cacao con calidad exportadora

Venezuela está reafirmando su histórica posición como un actor crucial en el mercado global del cacao. El país no solo se destaca por ser un gran productor de cacao, sino que su producto es ampliamente reconocido por tener una inigualable calidad de exportación, especialmente en la categoría de Cacao Fino de Aroma, altamente valorada por chocolateros de élite a nivel mundial. Esta resurrección del sector agrícola se posiciona como un motor clave para la diversificación de la economía venezolana.

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A pesar de los desafíos logísticos y económicos internos, el sector cacaotero ha demostrado una notable resiliencia y un crecimiento sostenido. Las regiones tradicionales de cultivo, como Barlovento, el Sur del Lago de Maracaibo y Sucre, han visto revitalizada su actividad, enfocándose en la recuperación de variedades ancestrales que dotan al cacao venezolano de sus complejos y únicos perfiles de sabor. Este esfuerzo ha permitido que el país mantenga y fortalezca su prestigio en eventos y competencias internacionales.

El cacao fino de aroma como sello de identidad

El sello distintivo del cacao que sale de Venezuela es su genética, particularmente la cepa Criollo, que confiere un sabor bajo en amargor y rico en notas frutales y florales. Este perfil lo clasifica como Cacao Fino de Aroma, una designación que solo aplica a un pequeño porcentaje de la producción mundial.

La alta calidad de exportación no solo atrae a compradores internacionales, sino que también impulsa la creación de un valor agregado a nivel nacional, con un número creciente de pequeños y medianos emprendimientos dedicados a la elaboración de chocolate bean-to-bar de alta gama.

La producción de cacao se ha convertido en una alternativa viable para muchas comunidades rurales, ofreciendo una fuente de ingresos estable y promoviendo prácticas de agricultura venezolana más sostenibles.

Instituciones públicas y privadas están colaborando para mejorar la infraestructura de postcosecha, como los procesos de fermentación y secado, que son cruciales para el desarrollo óptimo del sabor y la obtención de la calidad de exportación requerida por los mercados más exigentes.

El futuro del cacao venezolano se perfila no solo como una commodity de venta, sino como un producto gourmet que lleva el sello de la excelencia del país al resto del mundo.

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