El diputado a la Asamblea Nacional (AN), Timoteo Zambrano, entrevistado este domingo en el programa “Aquí con Ernesto Villegas”, reveló que Donald Trump durante su gestión en EE.UU. castró todos los procesos de diálogo entre el gobierno y la oposición venezolana que se habían dado desde 2017, y metió su “geopolítica” en Venezuela debido a las incoherencias de los dirigentes de los partidos de derecha.
“Yo diría que EE.UU. castró en buena medida ese proceso (de diálogo), porque es verdad que la delegación opositora quiso llegar a acuerdos, en un momento dado lo anunciaron por los medios, pero fueron a Washington y no lo lograron porque efectivamente EE.UU. no les entregó el placet para seguir esa negociación”, manifestó ante el periodista y ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas.
“Se metieron las potencias, se metió EE.UU.”, reconfirmó, una vez que se le consultó sobre el significado de la intromisión de la geopolítica en los últimos años en Venezuela. Puso como ejemplo el más reciente mecanismo de diálogo con patrocinio de Noruega, que se desarrolló en Oslo y Barbados, donde lamentablemente no hubo reconocimiento pleno de las partes.
“Tanto hoy como ayer, el reconocimiento del otro genera confianza entre los interlocutores y vamos al acuerdo (…) Si no se reconocen, no generan confianza, y allí se metió la geopolítica, ojo, creo que es la mayor evidencia de que la geopolítica marcaba esa negociación”, confirmó el parlamentario, actual Segundo Vicepresidente de la Comisión Especial para la Defensa del Esequibo y la Soberanía Territorial, y presidente de la Comisión Permanente de Política Exterior de la AN.
“Y a los noruegos les faltó, creo, sudar la camiseta, no la sudaron, no ví que la sudaran”, consideró, al añadir que la arquitectura del formato utilizado para llegar a acuerdos era que “nada estaba acordado hasta que todo estuviera aprobado”.
“Cuando te digo que se mete la geopolítica…fíjate tú que es verdad que los compañeros de la oposición intentaron avanzar en un acuerdo, pero tenían que irle a pedir permiso a EE.UU. y ese gobierno nunca estuvo de acuerdo con Noruega y ese mecanismo, porque eran los dueños del mantra”, testimonió, textualmente, sobre la dependencia de la delegación opositora a un gobierno extranjero.
Caso República Dominicana
Otro caso emblemático fue el proceso de diálogo de República Dominicana, donde todo estaba listo para la firma de los acuerdos que en 2017 se negociaron para realizar las elecciones presidenciales en 2018, que finalmente se dieron el 20 de mayo.
“En República Dominicana se dio un proceso que los historiadores deberán emplearse a fondo para estudiarlo”, advirtió, para luego dar un testimonio personal de lo ocurrido cuando la derecha decidió, por presiones de EE.UU., abandonar a último minuto las negociaciones pese a los preacuerdos que aceptó dando su palabra ante el presidente dominicano de entonces, Danilo Medina.
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“Lo que faltaba era la fecha, habíamos logrado la elección presidencial que fuera en el primer semestre, entre mayo y julio, nos acercamos muchísimo a junio, pero no hubo acuerdo al final porque hubo interferencia y no se restableció la negociación a principios de enero”, confesó, sin dar detalles explícitos de cómo fue esa acción que entorpeció los preacuerdos coordinados por los voceros para las garantías Vicente Díaz y Jorge Rodríguez, ambos exrectores del CNE, que participaban en las delegaciones de la oposición y el gobierno, respectivamente.
“Estaba lista. Yo me fui de la mesa en los primeros días de enero (2018) pero te digo, la última reunión de diciembre sencillamente se acordó y se le entregó al presidente Medina el acuerdo y si se iba de nuevo allá, era para firmarlo. Eso no fue posible, se fue allá pero se llegó a cero otra vez, fue un desastre por las interferencias”, reiteró.
El entrevistador le recordó a Zambrano que en esa época se denunciaron las presiones de funcionarios estadounidenses a través de llamadas, mensajes y contactos con los opositores hasta que abandonaron finalmente la mesa en República Dominicana. El parlamentario no hizo alusión directa a estas circunstancias, aunque sí reconoció que “hubo mucho de eso”.
En contraste, Zambrano consideró que el principal problema de la delegación de oposición en esa oportunidad era la “complejidad” de su conformación.
Comentó que esa “complejidad” estaba basada en el tema ideológico, con presencia de dirigentes progresistas, socialdemocrátas y otros, por un lado, y la “derecha-derecha” por el otro. “Yo diría el Country Club, más o menos, eso lo simbolizaba”, dijo al caracterizar al segundo grupo.
“Pero el Country Club está dividido, teníamos un problema con el tema financiero, y esa derecha financiera económica dura, y, bueno, tú sabes que para esa derecha financiera dura los socialdemócratas somos unos comunistas que hay que exterminar, pues”, confesó, en tono sarcástico.
El diputado opositor reclamó lo que pasó después y lo que ha pasado desde 2018 hasta nuestros días, calificándolo como terrible. “Terrible, por el solo hecho de ir a unas elecciones en 2018, Henri Falcón y todos nosotros somos los grandes comunistas, ¿no?”, refirió sobre la elección presidencial donde fue derrotado el candidato opositor y reelegido el Jefe de Estado Nicolás Maduro Moros.
“Era difícil, también, para nosotros ese debate interno, yo diría que al final no era un debate franco, sincero y abierto, era una cosa donde esos factores estaban muy encubiertos”, admitió en referencia directa a dos partidos políticos, nombrándolos directamente por sus autobautizadas denominaciones de Voluntad Popular (VP) y Primero Justicia (PJ).
“Creo, además, que los dos pujaban por un protagonismo, por una parte; no sé si era para la calle o para el Country, te confieso que la línea es muy delgada y al final no hubo acuerdo. ¡Fue un desastre, yo decía siempre que este país no podía amanecer sin un acuerdo!”.
Mesa de diálogo solo entre venezolanos
“Empezamos a plantearnos la creación de una mesa de diálogo nacional solo entre venezolanos”, reveló Zambrano, al señalar que junto a un grupo de opositores venía trabajando desde hacía unos tres meses antes del final del mecanismo de Oslo, en forma discreta, con representantes del Gobierno Nacional.
“Eso empezó a dar frutos”, confirmó, y desde el 16 de septiembre de 2019, cuando se decidió negociar directamente sin injerencia extranjeras, se lograron avances y acuerdos que culminaron en la solicitud ante el TSJ para declarar la omisión legislativa de la AN en desacato, la incorporación de los diputados del PSUV y Gran Polo Patriótico al Parlamento, la conformación de la nueva directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE), y finalmente las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre para que el pueblo eligiera a la nueva AN según el mandato constitucional.
Y a su juicio, el primer efecto de esta nueva AN fue la contención importante de la “salida militarista que planteaba la invasión”, y el cambio aún no perceptible de la comunidad internacional hacia Venezuela.
“Marchamos a la flexibilización del campo internacional de la visión sobre el país. Le sumo a eso las elecciones en EE.UU., con la derrota de Donald Trump y el ascenso al poder de Joe Biden. Y no es que tenga grandes expectativas ni que quitará las sanciones mañana, pero seguro que no seguirá la estrategia fracasada de Trump”, confesó.
“Terminamos de descubrir que EE.UU. tenía mas problemas que virtudes, es verdad, la democracia americana tiene un submundo terrible del supremacismo, la “América profunda”, hemos descubierto lo horrible que es esa América Profunda en cuanto al intento de destruir las instituciones o el símbolo de la democracia, el Capitolio, lo vimos todos”, lamentó.
Sobre el futuro gobierno de Biden, a quien atribuyó condiciones de estadista y de promotor del diálogo, no cree que sea posible que seguirá el camino de Trump. “Ese país no da ya para eso, después de lo que hizo Trump a ese país, en lo que fue su campaña, su derrota, etc.”.
Levantamiento de sanciones
Resumió que hay un marco de trabajo que está en desarrollo, con el levantamiento de las sanciones como objetivo principal, pero eso implica “estabilidad económica e institucional y unas cuantas cosas más”.
“Se debe reconocer que después de las elecciones en Venezuela ha entrado una calma y eso permitirá avanzar todavía en un año que nos luce complicado, porque seguro seguiremos con las sanciones y vamos a ver si las podemos desmontar”.
Advirtió que tal como lo dijo el presidente Maduro, la economía venezolana afronta un año difícil por la pérdida de ingresos nacionales debido a las sanciones de EE.UU. y la pandemia. “Esos datos te indican cómo es la situación que tenemos y no solo puede resolverlo el gobierno, tenemos que meternos todos”.
Aclaró que la política es dinámica y te señala la ruta para recorrer los entuertos que se pudiera encontrar un país.
Cree que seguramente Joe Biden ofrecerá una iniciativa política hacia Venezuela y la nueva AN tendrá que articularse para lograr de común acuerdo una salida.
“No es que todo lo va a hacer EE.UU., sentarnos a esperar que ellos hagan todo. Requiere iniciativa política de la AN, Ambas partes vamos a transitar esta ruta, gobierno y oposición para superar nuestro conflicto”, agregó, insistiendo en la manera concertada y dialogante para resolver los asuntos.
Hora loca de la oposición
El parlamentario dijo que el 6 de diciembre, además de cumplir con el mandato constitucional, acabó con lo que llamó la “dualidad de poderes”, con el viejo parlamento dividido en dos y un autoproclamado presidente interino que convirtió a la oposición participando en lo que bautizó como una “hora loca”, en la cual también cayeron organismos internacionales.
“Yo no estuve tanto en esa hora loca, yo fui un crítico de esa hora loca”, aseguró, reconociendo que fue toda una “estrategia que fracasó en todos los niveles” y no hay que “repetir los errores del pasado”.
Afirmó, con modestia, que el tenía aspiraciones para presidir la AN y de haberlo sido en su oportunidad, “tuviéramos un país -aunque suene feo decirlo- pero el país que tenemos no lo hubiéramos tenido”.
“Te garantizo que otra historia hubiera sido y no éste, de un presidente autodenominado, la dualidad de poder no hubiera existido, hubiéramos logrado grandes acuerdos y no se hubiera introducido la geopolítica, que sacarla ahora no es tan fácil”, agregó.
Insistió que no comparte el extremismo demostrado históricamente por la oposición y el muro con el que se ha topado debido a la ruta de la violencia. “Político que no es coherente, tiene un problema con sus electores”, explicó.
“Creo que llegó el momento y la Comisión de Diálogo que se instaló en la AN debe jugar ese papel, porque este año tiene que ser el de desescalar las sanciones y políticamente estamos en proceso de normalización”.
Planteó que una de sus propuestas es la realización de una “megaelección”en el mes de diciembre de 2021 para elegir a gobernadores, alcaldes, concejales, y luego trabajar en el horizonte a tres años para las elecciones presidenciales de 2024.
Con información VTV
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