El mundo se debate entre la Sputnik V y la Pfizer, mientras que nosotros tenemos las gotas milagrosas del doctor José Gregorio Hernández. Un chistesito, de los malos, para reír y no llorar.
Lo cierto es, que Venezuela tiene dos agendas muy claras, como las dos Asambleas, y así; pero a lo que iba es qué el país avanza entre negociaciones, reuniones preparatorias para candidaturas electorales de todos los sectores políticos, el uso de tapabocas y echarse bastante alcohol en las manos.
Pero se les olvida qué existe una realidad y es que aún no se termina de decir cuando llegan las benditas vacunas. Se anuncia con bombos y platillos que venía la rusa, pero como para marzo-abril, a según. Sin embargo no está muy claro el tema de los protocolos que se van usar y sobre todo como va hacer su distribución, es decir, qué sectores van primero y así sucesivamente.
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Con el cuento de la sanciones, se agarraron que no podían comprarlas y tal, pero ajá ya se empezaron a levantar algunas ¿y entonces? Mientras tanto en la nueva Asamblea Nacional se disponen hacer pruebas PDR un día antes de las sesiones, mecanismo en la cual me parece un poco débil en materia de bioseguridad si me preguntan.
Pero yo me sigo preguntando ¿y las vacunas pa’ cuando? Bueno, en el ínterin de mi pregunta surgen las gotas milagrosas del doctor José Gregorio Hernández, bien bonito y bien emblemático, pero la realidad es que, según dicho por los propios expertos del IVIC, es un medicamento paliativo o “ayudador” para la recuperación de los pacientes que tengan deficiencia respiratoria. En conclusión no es vacuna.
Entonces aquí viene mi verdadera llamado de atención: en vez de pensar de flexibilizar los días de carnaval, los de semana santa, o hasta los días feriados, lo primero que hay que hacer buscar la manera que la población esté lo más protegida posible porque eso es mentira que el venezolano se va para la playa con el tapabocas.
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