La difícil situación de Venezuela ha impulsado a niños y niñas a huir por las trochas hacia el vecino país, Colombia. Los niños viajan solos huyendo de la crisis en busca de un mejor futuro.
La población infantil es más vulnerable que el resto de los migrantes venezolanos. Los menores son parte de una migración muy móvil que depende de lo que van consiguiendo para subsistir.
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A través del documental del canal colombiano Caracol «Los Informantes», niñas y niños venezolanos explicaron las cosas que debían hacer para poder sobrevivir y enviar dinero a sus familiares.
En una de las trochas viven alrededor de 30 niños que no pasan de los 14 años y no cuentan con la compañía de algún adulto. Estos niños sobreviven en la prostitución.
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Una niña de 12 años explicó que lleva dos años prostituyéndose en las trochas a cambio de unos cuantos pesos que solo le alcanzan para comer. Expresó que al día podía ganar 5.000 pesos colombianos.
Otras en cambio, manifiestan que han sido víctimas de violación y como consecuencia quedaron embarazadas, empeorando su situación.
Y así, hay miles historias de niños que viven penurias en la frontera entre Cúcuta y Venezuela huyendo del hambre y de la crisis que se vive en el país.
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