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Comunicado de (ANCE): Nuevo salario mínimo es una burla

Los académicos resaltan que el poder adquisitivo se ha reducido en 90 e insiste en un plan de estabilización macroeconómico, para combatir la inflación, estabilizar el mercado cambiario y colocar a Venezuela en una senda de crecimiento sostenido.

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El ajuste del salario mínimo a 10 millones de bolívares luce como una burla cuando deja a los trabajadores al cuidado de la caridad privada o de las irregulares e incompletas bolsas de alimentación gubernamentales (CLAP), mecanismo que algunos analistas interpretan como una fórmula de control social de los sectores más pobres.

Así lo expone a través de un comunicado la Academia Nacional de Ciencias Económicas (Ance) al destacar que desde abril de 2013, cuando Nicolás Maduro ocupó la presidencia, la capacidad adquisitiva real del salario mínimo y del bono de alimentación se ha reducido en torno al 90%, según los índices de precio que publica el BCV.

El comunicado

El comunicado de los académicos expone:

La Academia Nacional de Ciencias Económicas (ANCE), en cumplimiento de las responsabilidades que le dicta la ley, estima necesaria aclararle a la nación venezolana los alcances y limitaciones del aumento del salario mínimo y del bono de alimentación, decretado por Nicolás Maduro el primero de mayo de este año.

La nueva remuneración, de diez millones de bolívares, sumando ambos conceptos, representa un incremento nominal del 177% con respecto al monto existente, aprobado hace apenas tres meses. Alcanza a poco más de tres dólares mensuales, conforme al tipo de cambio oficial existente para la fecha. En el resto de Suramérica, esta remuneración básica para la subsistencia, supera los doscientos dólares mensuales, llegando en Chile a estar en torno a cuatrocientos cuarenta dólares.

Tomando en cuenta la comparación anterior, presentar este aumento del salario mínimo como una acción solidaria con la clase obrera, luce como una burla cuando deja a los trabajadores al cuidado de la caridad privada o de las irregulares e incompletas bolsas de alimentación gubernamentales (CLAP), mecanismo que algunos analistas interpretan como una fórmula de control social de los sectores más pobres.

Los mecanismos de incremento salarial, como el examinado, son, además, intrínsecamente perversos, pues el gobierno de facto al carecer de medios de financiamiento–dado el colapso de la economía y la situación de default en que se encuentra la República–, termina recurriendo a la emisión monetaria propiciando una fuente endógena de alimentación inflacionaria que arruina aún más el poder adquisitivo del salario.

Con información: El Periodico de Monagas


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