Una nueva ley húngara que, impulsada por el primer ministro ultraconservador Viktor Orbán. Prohíbe hablar en la escuela sobre homosexualidad ha removido conciencias en el fútbol alemán, y por ende, en la Eurocopa. El alcalde de Munich, el socialdemócrata Dieter Reiter, propuso iluminar con los colores del arco iris el estadio donde mañana jugarán las selecciones de Alemania y Hungría.
Como muestra de solidaridad con el colectivo LGBT de ese país centroeuropeo.
Reiter escribió a la UEFA pidiendo permiso.
Este martes la respuesta oficial del organismo administrativo del fútbol europeo con sede en Nyon (Suiza) ha sido no.
“Según sus estatutos, la UEFA es una organización política y religiosamente neutral”, dijo este organismo en un un comunicado.
“Dado el contexto político, un mensaje dirigido a una decisión tomada por el Parlamento nacional húngaro, la UEFA debe rechazar esta solicitud”, concluye la nota.
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El veto de la UEFA había sido avanzado el lunes por la noche el diario alemán Bild, citando al portavoz de prensa de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Jens Grittner.
Declaró que “la UEFA especifica un diseño uniforme del estadio, y hay buenas razones para este diseño uniforme del estadio”.
La motivación citada es que los once estadios de la Eurocopa deben iluminarse solo con los colores de la UEFA y las naciones que juegan.
En los últimos días, la UEFA ha trastabillado en su abordaje de la simbología.
El capitán de la selección germana, Manuel Neuer, había jugado tres partidos (contra Francia y Portugal.
Antes en un amistoso contra Letonia a inicios de junio) con un brazalete con los colores de la bandera gay.
Con información de: EFE
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