Opinión

Jugando las escondidas

Elvia Hidelgadis León Machado es una mujer de 78 años, madre y abuela que decidió compartir sus recuerdos en pequeños microcuentos, los cuales, como dice, «son los recuerdos de una niña de 6 años que no desea llevarselos con ella» y por eso nosotros los compartiremos con ustedes.

Jugando las escondidas

En el tiempo después de mucho llover; aparecían las Luciérnagas. Eran muchísimas. Mi hermano Iván (DEP) y yo, las metíamos en frascos de vidrio,y corríamos por la plaza con nuestras «linternas».

Agarrábamos a los grillitos verdes, sin asco y sin miedo. Cuando oscurecía más, jugábamos a las escondidas.

Mi amá siempre nos decía: No jueguen de noche ese juego pues el espíritu malo se puede esconder junto a ustedes.

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Una noche jugando al escondido, todos librados ya y Rubén no aparecía. Él era hijo del coronel García, nuestro vecino del frente.

¡Rubén, Rubén! Gritábamos, pero Rubén no aparecía.

Con nuestros gritos, bajó la Señora Isabel, abuela de Rubén, preguntando que era lo pasaba. Le dijimos del juego y que Rubén no estaba en ningún sitio. De repente, alguien gritó: «¡aquí está!

Si, ahí estaba Rubén, desmayado y todo sucio. Se lo llevaron en volandas para su casa. Cada quien se fue a la suya, yo me quedé pensando; seguro que el espíritu malo se escondió con él, lo asustó y por eso no lo encontrábamos.

Dejamos de jugar a las escondidas de noche. Pero un día oí, en una conversación al vuelo, que a Rubén le daban ataques y que eso era lo que le había pasado.

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Para mí fue mejor creer siempre que fue el diablo el que se escondió junto a Rubén, y por eso se asustó y desmayó. Esa idea mia nunca se la dije a nadie.

Aún, hoy en día, no me gusta ver a los niños jugar a las escondidas de noche.

Elvia Hidelgadis León Machado / @Ehlm0205


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