En el, día del abogado, los colegas en Venezuela no tenemos mucho que celebrar, han sido años aprendiendo de derecho en el papel cuando en los hechos todo está torcido.
Por Morel Cardozo
Las leyes establecen el deber ser de una sociedad, «deber ser» que se ha convertido en letra muerta porque en la práctica vale más quién eres, cuánto tienes o a quién conoces, antes que el artículo del código tal.
Los procesos judiciales duran una eternidad, hay reos sin condena con más de 5 años tras las rejas que quizás son inocentes. ¿Quién les devuelve ese tiempo?
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La justicia se ha ido caminando lejos de aquí, hoy brindamos por quiénes aún la buscan en el día a día del ejercicio con valores de una profesión que el sistema trata de asfixiar.
El estado de derecho no existe, la administración de justicia está colapsada, los abogados estamos sobreviviendo y el ciudadano se encuentra desprotegido.
Pero no todo está perdido, ¿tú conoces al Dr. José Gregorio Hernández? Él no es abogado, él es el médico de los pobres y hace milagros.
Hace pocos días lo beatificaron y pude observar como los venezolanos olvidamos estar divididos para celebrar en una sola voz la fe que profesamos por José Gregorio, ahí pude entender que aún hay esperanza.
La fe nos une como hermanos, sólo así de unidos podremos salir de esta realidad y construir una mejor dónde los abogados realmente podamos hacer nuestro trabajo para ver volver a la justicia.
Sueño con eso todos los días, un país justo donde se respeta la ley y se aplica a todos por igual, esa Venezuela es posible mientras nos siga uniendo la fe.
¡Feliz día abogados y no abogados! Pronto celebraremos de verdad, con justicia, amor y fe.
Morel Cardozo / @morelCR
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