Rosa Orozco desde febrero de 2014, cuando funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana asesinaron a su hija en la puerta de su casa en la urbanización Tazajal de Valencia estado Carabobo, se dijo que no descansaría hasta que los culpables pagaran y así lo ha hecho, pues dos efectivos castrenses están cumpliendo condena por haber matado a Geraldine Moreno.
En conversaciones con Núcleo Noticias, Rosa confesó que luego de haber pasado seis años y nueve meses del asesinato de su única hija, Geraldine, «ha sido muy tortuoso, dolorosos. Ese dolor nunca lo vamos a perder. Hemos tratado de seguir adelante».
Sobre la forma como murió su hija, Rosa recuerda que:
«Yo jamás imaginé que venga aquí a la puerta de mi casa un GNB y le haya disparado. No le bastó que le dispararan en el cuerpo. No le bastó que ella estando en el piso le dispararan en el rostro, sino que también se baja de la moto y a 10 centímetros le dispara y le incrusta un cartucho en el ojo derecho, donde mi hija pierde 90% de la masa cerebral y ya no existía más mi hija ahí»
Dice que perdonó a los asesinos de su hija, pero perdón no implica impunidad. Rosa perdonó para estar en paz consigo misma, «para poder liberarnos de este odio y este resentimiento», pero ello no significa que no exija justicia.
Homicidas de Geraldine Moreno
Sobre los asesinos de su hija, Rosa indicó que Albin Bonilla (quien le disparó en el rostro) fue condenado a 30 años de prisión, mientras que Francisco Caridad Barroso (el que le disparó en el cuerpo) paga una sentencia de 16 años y 6 meses.
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«Ellos se encuentran en Ramo Verde (Centro Nacional de Procesados Militares), a ellos los condenaron por homicidio calificado perpetrado con alevosía por motivos fútiles e innobles, utilización indebido de arma orgánica y, por primera vez en Venezuela, autor del delito de trato cruel en un grado de responsabilidad correspondida y quebrantamiento de principios de pactos internacionales».
Califica de «medio justicia» la sentencia definitivamente que pesa sobre los homicidas de su hija Geraldine, pero asegura que el proceso no ha terminado porque no solo quiere que le pidan perdón, sino que además hay 24 funcionarios de la GNB que ingresaron a Tazajal el día del asesinato de Geraldine, en motos y disparando.
«Ninguno sabía donde quedaba Tazajal ni a que hora entraron. No saben en que zona de Naguanagua (Valencia) queda Tazajal, pero estaban ahí viendo cuando le disparaban a mi hija (…) eso no se puede permitir más en este país».
Dice que seguirá acudiendo a todas las instancias necesarias «porque aquí hubo una orden».
Detalla que la línea de mando de los asesinos de su hija son:
- Nicolás Maduro, presidente
- Carmen Meléndez, ministra de la defensa
- Antonio Benavidez Torres, Dirección de Operaciones de la GNB
- Nestor Reverol, Comandante de la GNB
- Arquímedes Herrera Russo, Comandante del Región Estratégica de Desarrollo Integral, REDI – Central
- Ramón Adolfo Pimentel Avilan, Comandante de Zona 41 de la GNB en Carabobo
- Frank Alonso Osuna Díaz, Comandante del Destacamento 24 de la GNB en Carabobo
«Rosa Orozco quiere que las personas que estuvieron allí presentes me pidan perdón y digan que más nunca vuelve a suceder esto en Venezuela. Esto es lo que se llama justicia transicional donde hay una verdad, una justicia, una reparación y no repetición, porque no podemos permitir que más nunca en Venezuela, vuelva a suceder esto».
Dice además que Frank Osuna, ahora es general y está destacado en Guárico. «Porque aquí los que asesinan y cometen crímenes de lesa humanidad son premiados y les dan cargos altos»
Justicia, encuentro y Perdón
Desde el dramático momento del asesinato de su Geraldine, Rosa Orozco se juró que la muerte de su hija no quedaría impune ni olvidada y por ello en 2017 funda la Organización No Gubernamental Justicia, Encuentro y Perdón en donde busca atender legal y psicológicamente a las víctimas de la represión y sus familiares, gracias a un grupo de abogados que los respaldan y a psicólogos sin fronteras.
En su portal web aseguran que esta organización «trabaja para transformar la Venezuela que vivimos, en una sociedad que no se paralice. Y donde el perdón sea fundamental para promover espacios de reconciliación entre los venezolanos. Trabajamos arduamente para documentar y difundir información sobre las violaciones de Derechos Humanos en Venezuela relacionadas con el derecho a la protesta pacífica y el ejercicio libre de los derechos políticos».
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Señalan además que buscan «acompañar en cada rincón del país a los más afectados. Al lado de los familiares de los caídos, de nuestros presos políticos, de los heridos».
Cuenta que desde el momento de su fundación han realizado foros, talleres y eventos que buscan visibilizar a los 333 fallecidos en las protestas que se vivieron en el país desde 2014 hasta la presente fecha.
Dice que es fundamental levantar la voz, documentar todos los crímenes se han cometido en Venezuela, denunciarlos ante los organismos correspondientes y visibilizar la represión del régimen.
Como ella dice, ya hay una «media justicia», pero Rosa Orozco seguirá alzando la voz dentro y fuera de nuestras fronteras para que nunca más en Venezuela un funcionario apunte su arma contra un ciudadano indefenso que reclama por sus derechos.
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