Cada persona tiene un valor para la sociedad, para una organización o para su familia, sin embargo determinar numéricamente el valor de una persona puede ser realmente complicado y subjetivo, pero, ¿puede una persona valorarse en dinero? Diríamos que no, desde el punto de vista moral y social, la vida humana tiene un valor incalculable, al ser lo más preciado del ser humano. En ese sentido, podemos fácilmente coincidir en que la vida no tiene precio, ni puede comprarse o venderse. Aunque determinar el patrimonio económico, lo que produce o pueda producir una persona no es tan complicado.
No obstante, una pregunta interesante seria, ¿cuánto vale un venezolano? Para responder a esta pregunta tendríamos que imaginarnos por un momento que Venezuela es una gran empresa, con un excelente capital humano, donde todos y cada uno de nosotros somos accionistas y empleados a la vez, como único patrimonio y dependiendo únicamente de esta empresa, para dar bienestar, seguridad y futuro a nuestra familia, y que por alguna razón la directiva y su presidente, saquean, destruyen e incumplen los estatutos y arbitrariamente han hecho que esta se vuelva improductiva, corrupta, además de no rendir cuentas y no cumplir ningún acuerdo con sus empleados y accionistas.
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Me pregunto, si cada uno de los venezolanos tenemos una acción de esta corporación -y representa un voto- y la mayoría quisiéramos un cambio de dirección, ¿qué deberíamos hacer? Esto es exactamente lo que nos está sucediendo como país.
Siguiendo con el ejercicio imaginario, se sabe que contablemente el balance general de una empresa está constituido por los activos y pasivos, los activos vendrían a ser lo que la empresa tiene y los pasivos lo que la empresa debe. Claro está que en el caso de Venezuela es fácil determinar o saber lo que se debe, y que según economistas expertos nuestra deuda pública es algo más de 185.000 millones de dólares. Pero calcular el valor de nuestros activos es sumamente difícil y complejo.
Podemos decir que según el Banco Mundial, Venezuela es el décimo país más rico del mundo en recursos naturales, después de Rusia, Estados Unidos, Arabia Saudita, Canadá, Irán, China, Brasil, Australia e Iraq. Denominando recursos naturales a la materia prima que puede ser extraída de la tierra. Sin contar con todas las empresas e infraestructuras que tenemos.
Los recursos naturales con los que cuenta Venezuela, entre los cuales destacan los minerales como el petróleo con la mayor reserva comprobada existente, la octava reserva de gas natural más grande del mundo, además de ser la segunda reserva más grande de oro del planeta. Además de hierro, bauxita, carbón, diamantes, torio, entre otros; además de sus enormes reservas de coltán, que es el nuevo “oro azul”, del que posee reservas valoradas en más de 100.000 millones de dólares. Los recursos pesqueros abundantes, los recursos forestales y las vastas extensiones de tierra fértil. Además, el enorme potencial hidroeléctrico.
Pese a todo esto, nuestro país no es ejemplo de desarrollo y productividad, siendo uno de los países con más potencial de desarrollo del mundo, y no solo no tiene muchos recursos naturales en comparación con los demás, sino que además tenemos un buen capital humano, que constituye el mayor tesoro o riqueza que logró producir nuestro país, y que mucho de este se ha marchado fuera de nuestro territorio, producto de la destrucción causada por la dictadura, originando un éxodo migratorio de casi 6 millones de personas.
Un país es una organización muchísimo más compleja que cualquier empresa multinacional, por grande que sea. La empresa más grande del mundo este año, es la petrolera de Arabia Saudí, Aramco, la cual se coloca en primera posición, con un valor de 1.764.960 millones de dólares (1,76 billones de dólares), una cantidad de dinero absolutamente descomunal. Pero si comparamos esta empresa con el valor de Venezuela, nuestro país superaría este valor muchas veces.
Ante todo lo anteriormente descrito les puedo decir sin temor a equivocarme que los venezolanos somos inmensamente ricos y que nuestra riqueza es sumamente difícil de calcular, pero valdría la pena hacer este ejercicio contable o matemático para poder determinar nuestro valor como venezolano, aunque no podamos materializar o convertir esta riqueza en moneda, sí la podemos vivir y disfrutar en donde la calidad de vida es un indicador y la productividad puede significar ingresos que sí podemos materializar y acumulando riqueza.
Todos los venezolanos seremos protagonistas de la construcción de la nueva Venezuela, que habrá de renacer, reencontrar el camino perdido hacia la prosperidad, sin olvidar nunca que son las personas y la familia lo más importante para el desarrollo social, económico, político y cultural de cada nación, ya que poseen una función social determinada e insustituible que garantiza la perpetuación y estabilización de la sociedad.
Y recuerda que eres accionista de esta gran empresa y tu exigencia o decisión siempre puede influir en los cambios necesarios.
José Antonio Robles
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