Un galpón es el hogar de una familia en el municipio Escuque, del estado Trujillo, desde hace seis años.
En una nueva edición de Rostros de la Crisis, Morela Castro contó que se tuvo que mudar a este espacio con sus cinco hijos y su pareja porque sus familiares decidieron vender la casa en la que vivía anteriormente.
Castro no puede trabajar porque tiene que cuidar a sus hijos. Detalló que subsiste porque su concubino repara neveras y otros electrodomésticos en la zona.
Su pareja es un hombre de la tercera edad que poco a poco está perdiendo la vista y esto dificulta que pueda realizar su trabajo.
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“A veces comemos dos veces, tres o una. Los niños toman tetero de crema de arroz a veces. Cuando me salen los bonos lo primero que compro es el alimento de ellos”, comentó la mujer de 38 años de edad.
En cuanto a los servicios públicos, su vida no es mucho más sencilla. Debe usar fogones para cocinar y una pequeña cocina eléctrica, además, lo poco que tiene de comida lo guarda en una vieja nevera.
El galpón no cuenta con habitaciones o un baño, por lo que están obligados a improvisar espacios para dormir y hacer sus necesidades en los alrededores.
“Es fuerte cuando llueve mucho, las calles se inundan y toda el agua se me viene para acá”, contó Morela.
A pesar de haber sido dejada en el olvido, Castro espera por la ayuda de las autoridades y poder conseguir algún día una vivienda digna para sus niños.
Con información Vpitv
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