El orgasmo es ese placentero momento en el que no puedes controlar tu cuerpo; cuando todas las partes que lo componen, parecen sumergirse en una oleada de éxtasis. Quien lo ha vivido sabe reconocerlo perfectamente. Tanto si lo has experimentado, como si no, a continuación te propongo una serie de trucos que te ayudarán a desarrollar tu sexualidad al máximo.
1. Disfruta del momento presente
Un consejo clásico, pero muy difícil de conseguir para muchas mujeres es el de “dejarse ir”. Consiste en estar pensando y sintiendo todo lo que sucede en el momento actual, sin importar las tareas que quedan pendientes o la discusión que tuvimos a la mañana, o hace dos días, con el vecino.
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Muchas personas desean tener todo controlado en sus vidas y eso les impide poder disfrutar de todas las sensaciones que le proporcionan sus cuerpos. Con el fin de interiorizar este truco y poder trasladarlo a tu vida sexual, comienza por este momento. Sí, ahora mismo. Sea lo que sea que estés haciendo preocúpate solo de eso y permanece atenta a los olores, sensaciones, percepciones… y vívelo tal y cómo se presenta. En esto se basa el mindfulness. En el momento del sexo, lo mejor es olvidarse de todo y centrarse únicamente en lo que sientes, escuchas, hueles…
2. Conoce tu cuerpo como un “todo”
Puede que en algunas ocasiones sintamos que nuestra pareja centra la relación sexual en el coito, o incluso nosotras mismas. Esto debemos evitarlo, ya que si no disfrutamos del encuentro íntimo, no podremos llegar a alcanzar el clímax.
Por lo tanto, un ejercicio muy práctico es que redescubras tu cuerpo, dejando a un lado los genitales. Así que durante un par de días dedica tiempo a tocar y acariciar todo tu cuerpo, sin rozar los pechos ni la vulva. Este ejercicio puedes realizarlo con tu pareja e incluso a la inversa, tú a él. Seguro que descubrís zonas del cuerpo que teníais olvidadas y que os producen mucho placer. Podéis utilizar las manos u otro tipo de objetos, como plumas.
3. Explora tus genitales
Si realmente quieres disfrutar de tu vida sexual es conveniente que aprendas a querer todas las partes de tu cuerpo. Para ello coge un espejo, si no lo has hecho antes, y analiza de forma detenida toda tu vulva. Observa los diferentes pliegues, dónde se encuentra el clítoris, la abertura de tu vagina, los labios menores, mayores… Puedes invitar también a tu pareja a que forme parte de este juego.
Si bien, es conveniente que aprendas a acariciar esta zona para que por ti misma, descubras qué es lo que te proporciona más placer – qué forma de acariciar, en qué zona, a qué ritmo-.
Otro punto a tener en cuenta es que el 70% de las mujeres solo logran alcanzar el orgasmo a través del clítoris, por lo que si no lo logras durante la penetración, deberéis rozarlo con la mano, con la postura utilizada, o mediante sexo oral.
4. Juegos previos y posturas
El objetivo de las relaciones sexuales es poder disfrutar, independientemente de que se alcance o no el orgasmo. Por esto mismo vamos a centrarnos en una erótica más tipo “paseo” que “finalista”. Para ello es conveniente que en vez de ir directos a la penetración, recorramos el resto del cuerpo con caricias, besos, tocamientos…
En los juegos previos la pareja puede hacer todo lo que se le venga a la mente – besar la boca, el cuello, el vientre; acariciar los pechos, la espalda, las piernas; chupar los pies, los pezones… Es aconsejable que el lamer o tocar los genitales quede en segundo plano durante esta fase.
Cuando se decida pasar al coito o penetración, podéis utilizar posturas que faciliten más la llegada al orgasmo. Algunas mujeres suelen llegar mejor al clímax cuando están encima, dependiendo del ángulo del pene y de la cavidad de su vagina. Otras pueden preferir una penetración más profunda desde atrás, pudiendo estar acostadas, de rodillas o un poco levantadas. Mientras que, si el pene tiene una forma de gancho un poco arqueado hacia arriba, la posición que a algunas les proporciona más placer es la del misionero. Si bien, como variante, ella tendrá las piernas cerradas y a poder ser, la pelvis un poco levantada, con un cojín por ejemplo.
5. Comunicación con la pareja
Finalmente, el punto estrella de toda relación es la comunicación. No importa si sois muy buenos en la cama, si habéis realizado una comida familiar estupenda el fin de semana pasado con vuestros familiares o si estáis planeando qué hacer el próximo año con la reforma de la casa. Si no existe comunicación, la relación de pareja tarde o temprano se resentirá.
Por eso mismo intentad establecer un momento al día para preguntaros qué tal ha ido la jornada. Compartid vuestras preocupaciones pero también las alegrías y los éxitos que obtenéis. Salid a celebrarlo o apoyad al otro en caso de que lo necesite.
Además, en la vida sexual la comunicación es esencial ya que, si tenéis confianza y estáis acostumbrados a contaros cosas cotidianas, podréis expresarle al otro qué es lo que más os gusta que os haga, qué os apetece ese día o si tenéis algún deseo en mente que queréis hacer realidad.
Con información de: Ser padre
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