Piensas que todo va sobre ruedas y que las muecas que aparecen en su cara son fruto de una excitación imposible de controlar. Fardas con los amigos de la reputación de espartano que tienes entre las féminas, y crees que no hay mujer que pueda permanecer impasible a tus dotes amatorias. Si de verdad te intriga conocer lo que pasa por la cabeza de las mujeres durante el sexo, y quieres saber si eso que pensabas que le volvía loca de placer en realidad le sacaba de quicio, sigue leyendo y te mostraremos las cosas que muchas mujeres no soportan que hagas en la cama.
Uno de los principales problemas en el sexo es la falta de comunicación y de confianza. Hasta la fecha, el ser humano no ha desarrollado la capacidad de leer la mente, por eso Leire Méndez, psicóloga y terapeuta sexual y de pareja, nos desvela: “No existen fórmulas mágicas más allá de saber comunicar nuestros deseos, y saber escuchar a la otra parte”.
Aquí nos encontramos con el primer obstáculo, las mujeres no suelen expresar cómo quieren ser estimuladas, dando por hecho que el hombre que no lo hace adecuadamente es porque no se esfuerza, no sabe o es “malo en la cama”. La terapeuta sexual advierte: “Para disfrutar del sexo debemos tener presente que cada uno encuentra placer de una forma diferente. Debemos esperar menos de la otra persona y aprender a comunicarnos de forma asertiva, para que la pareja sepa qué queremos, evitando así que haya malentendidos”.
La falta de conexión que se genera al no pedir a las claras lo que nos excita hace que muchos encuentros sexuales acaben en desastre, debilitando nuestra autoestima, e incluso provocando que perdamos las ganas y el deseo. Para evitar llegar a este extremo, Marian Frías, psicóloga y sexóloga, recomienda: “Adoptar una actitud abierta, remangarse, y ponerse manos a la obra para mantener viva la chispa de la pasión”.Durante el sexo las palabras adquieren mucho poder: una frase puede llevarnos a la excitación en un minuto o sacarnos de la situación con la misma rapidez” Marian Frías, psicóloga y sexóloga
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El encuentro íntimo con alguien es un escenario de absoluta vulnerabilidad. La sexóloga explica: “Durante el sexo las palabras adquieren mucho poder: una frase puede llevarnos a la excitación en un minuto o sacarnos de la situación con la misma rapidez”. Por otro lado, en la cama nos mostramos desinhibidos y es importante tener en cuenta que no debemos bromear fuera de ella sobre cosas que pasaron dentro: hacerlo puede avergonzarnos o coartarnos en futuros encuentros. Meter prisas o juzgar lo que el otro hace, son otras de las cosas prohibidas durante el sexo. Frases cómo «¡¿ya vas a terminar?!», pueden romper la magia e incomodar mucho. Preguntar reiteradamente si algo está gustando también puede desconcentrarnos, y no hace falta poner en palabras cosas que se expresan de forma evidente con el propio cuerpo. Todavía más dañino puede ser comparar las cosas que hacías mejor o peor con otras personas. Si existe una máxima a tener presente en la cama es esta: “Siempre es mejor reconducir a lo que quiero, que criticar lo que no me gusta”, concluye Marian.
Dicho esto, no pierdas un segundo más. Lo que viene a continuación son los testimonios de 32 mujeres que confiesan experiencias sexuales nada satisfactorias. Quizá algunos se sientan aludidos y aprendan la lección. (Hemos omitido el apellido de las entrevistadas por expreso deseo de ellas).
FRASES QUE LAS MUJERES NO QUIEREN OÍR DE LOS HOMBRES EN LA CAMA:
1. Paula (24 años, estudiante): «Odio que un tío al que acabo de conocer me diga guarradas usando diminutivos, en plan ‘mojadita’. Cuando me cruzo con alguno así me dan ganas de coger mis cosas y salir corriendo».
2. Itziar (39 años, comercial): «Cuando estaba intentado quedarme embarazada mi marido estaba obsesionado con que fuera niña, y cada vez que eyaculaba gritaba: ‘¡Niña, niña, niña!’. Me daban ganas de pedir el divorcio. Después de aguantar tanta tontería tuvimos un niño. Cosa del karma».
3. Beatriz (36 años, abogada): «El reiterado ‘¿te gusta?’ me parece lo peor. Eso se nota y no hace falta preguntarlo cada dos minutos».
4. Ana (24 años, estudiante): «Algo que me parece de lo más antiestético del mundo es el sexo con calcetines, prefiero que se deje puesto el abrigo a que se quede sólo con los calcetines».
5. Irene (39 años, tele operadora): «Hace años un lío de una noche me dijo: ‘¿Vas a ser una niña mala con papi?’. Me dio tal bajonazo que no llegamos ni a terminar».
6. Rocío (22 años, estudiante): «Lo más feo que me han dicho es ‘hazme un apaño’ cuando por un motivo u otro el coito no es viable».
7. Silvia (45 años, comercial): «Me resulta incómodo que después de haber disfrutado de buen sexo con un hombre sexualmente inteligente, se quede dormido como un ceporro dando unos ronquidos de muerte».
8. María (34 años, administrativa): «Que te llamen por un nombre que no es el tuyo corta el rollo a cualquiera, y aunque parezca un mito doy fe de que pasa».
9. Elena (31 años, publicista): «Un chico comparaba cosas que hacíamos con cómo las hacía él con alguna ex. Me parecía de muy mal gusto y me hacía sentir muy insegura».
10. Nines (52 años, educadora): «Siempre que mi marido quiere hacer el amor me dice: ‘Mira como me tienes’, señalándose la entrepierna. Sabe que no me hace ninguna gracia pero él sigue con la misma cantinela año tras año…».
11. Lorena (31 años, informática): «Una vez un chico al que acababa de conocer me dijo que llevaba mucho tiempo sin hacerlo y quería que yo le enseñara. Puede que a mucha gente le vaya el rollo profesor-alumno, pero a mí no me moló nada».
12. Raquel (33 años, periodista): «Odio que me muerdan las orejas. Y más cuando estoy hablando. Empezaron siento mordisquitos suaves, y hasta algo cucos. Siete años después los mordisquitos se han convertido en auténticos mordicos».
13. Elena (37 años, farmacéutica): «Lo más desagradable que me ha pasado fue un rollo de una noche que nada más terminar de hacerlo me dio las gracias. Sólo le faltó dejarme un billete de 50 euros en la mesilla de noche…».
14. Noelia (31 años, ingeniera): «Me agota la cantidad de tíos que van con el rollo de ‘luego me pongo el condón’. Estoy harta de tener que andar detrás de algo tan básico como eso».
15. Teresa (55 años, psicóloga): «Algo que nunca me ha gustado es que durante el sexo oral me empujen la cabeza haciendo presión. Sé perfectamente donde tengo que ir, y con esa insistencia consiguen que se me quiten las ganas».
16. Marina (34, profesora): «La primera vez que me acosté con mi novio me dijo que era la chica con el pecho más pequeño con la que había estado. Quise matarle… y aquí estamos cinco años después».
17. Alba (37, esteticista): «Estuve saliendo con un chico que me acuciaba para que terminara rápido. Su frase más recurrente en la cama era: ‘¿Te puedes dar prisa?’. Así no había quien disfrutara ni quien se concentrase».
18. Laura (27 años, psicóloga): «Que tenga la necesidad de preguntarte si es el mejor con el que has estado me parece patético».
19. Elena (28, administrativa): «Recuerdo un día que estaba con un chico a punto de acostarnos y me suelta: ‘¡Ay, tengo que llamar a mi hermana, espera un momento!’. Me cortó un poco el rollo, la verdad, no sé que hacía pensando en su hermana en un momento como ese».
20. Camila (29 años, periodista): «No me gusta nada que hablen continuamente como si fueran narradores. No me ha pasado hasta ese punto, pero sí que me hablen en el momento menos indicado y me corten todo el rollo por distracción».
21. Leticia (29 años, dependienta): «Me parece súper desagradable que me toquen suavemente el pezón. No me gusta nada».
22. Dulce María (55 años, psicóloga): «No me gustan los hombres poco corteses, me hacen sentir incomoda. Me refiero a los hombres que sólo piensan en ellos a la hora de estar con una mujer en la cama».
23. Isabel (42 años, publicista): «Liarte con un tío y darte cuenta que no tienes ninguna conexión con él, y que lo único que estás deseando es que sea rápido y se acabe cuanto antes».
24. Sonia (26 años, estudiante): «Recuerdo a un chico que la primera vez que nos liamos me preguntó si mis tetas eran de verdad. Me pareció que la pregunta no venía a cuento y fastidió el momento».
25. Mª Jesús (48 años, enfermera): «Me parece humillante que después de terminar se den la vuelta en la cama y no quieran saber nada más».
26. Belén (27 años, periodista): «Me tacharán de poco sensible, pero me parece que está fuera de lugar que te digan ‘estás preciosa’ o cosas romanticonas cuando lo que estás haciendo en esos momentos es de todo menos romántico».
Con información de: El País
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