Expresar el amor es un arte y lo puedes hacer de diferente manera, como dar un beso en el cuello y comenzar las llamas del deseo; así desenfrenar la pasión en la pareja.
Partiendo de la base que un beso en el cuello es muy especial, es evidente que no se lo puedes dar a cualquiera, pues la confianza entre esa persona y tú deben ser máxima. De hecho, lo más común es que el receptor o el emisor de ese beso sea tu pareja sentimental, alguien con quien hay una clara complicidad.
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El beso en el cuello es un gesto que denota, sobre todo, pasión y deseo. Se trata de una zona erógena tanto para hombres como para mujeres, ya que la piel de esta zona del cuerpo presenta un gran número de terminaciones nerviosas.
Los besos en el cuello son un gesto de lo más especial que puede acabar de sellar la complicidad entre dos personas, así como dejar claras sus intenciones y sus deseos.
Aunque quieras demostrarle a una persona cariño y deseo, no debes darle un beso en el cuello sin antes haberte asegurado de que ella siente lo mismo.
Tipos de besos en el cuello
Sabiendo qué significa un beso en el cuello, tendrás una mayor capacidad de reacción para responderlo de la manera más oportuna.
Sin embargo, también es importante conocer los diferentes tipos de besos en el cuello que existen: desde los más tiernos y suaves, hasta los más apasionados, aquellos capaces de desatar un gran deseo en la otra persona. Estos son algunos de los más conocidos tipos de besos en el cuello:
Tiernos: son los que inician los besos en el cuello. Demuestran un gran cariño y pueden dar pie a otros besos de mayor intensidad. Ante la duda de si esa persona especial siente lo mismo que tú, debes empezar siempre con besos suaves.
Apasionados: son los besos en el cuello más comunes entre parejas, ya que expresan el deseo de un momento íntimo con esa persona especial. Los labios húmedos pueden hacer maravillas en una zona tan sensible como la piel del cuello, así que no dudes en probarlo con tu pareja.
Mordida: las mordidas requieren previamente besos en el cuello de una intensidad más suave; así consigues preparar a la otra persona y evitas empezar de forma violenta. Mordiendo un poco de piel con mucho cuidado puedes lograr que la otra persona quede totalmente entregada a ti. Si lo haces por sorpresa, asegúrate de que la confianza sea máxima y el momento sea el adecuado.
Chupetones: los conocidos chupetones son aquellos que, normalmente, dejan una señal en el cuello. Se hacen succionando una zona concreta del cuello (o de cualquier otra parte del cuerpo), por lo que también es importante tener el beneplácito de la pareja. Se trata de un gesto algo más atrevido y arriesgado que los anteriores, así que si en el pasado no le ha gustado o no tienes la seguridad de que le vaya a gustar, será mejor evitarlo.
Con la boca abierta: si quieres sorprender a la otra persona con un beso de lo más sensual, no dudes en probar este tipo. Hazlo lentamente, arrastrando tus labios por la piel de la otra persona y cambiando de dirección (de arriba a abajo y viceversa) para estimular más la zona. Si además te atreves a soplar un poco el cuello entre beso y beso, la sensación será irresistible.
Con información Mundo Deportivo
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