La parroquia Santa Lucía llora la pérdida del barbero Luis Huerta, un amigo, un hermano, un vecino a carta cabal, un personaje que dio pie a composiciones gaiteras en la calle Jugo.
La particular manera de ver la vida y la forma de atender a su clientela en su popular barbería lo convirtieron en el personaje más conocido de la calle Jugo con Nueva Belloso, hoy 3A de El Empedrao, en la parroquia Santa Lucía, en donde acudían los maracuchos a buscar al hombre que a precios populares se daba el postín de “pelar” con una hojilla.
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Nació en el barrio El Empedrao en la parroquia Santa Lucía de Maracaibo, un 28 de enero de 1928 y hoy a los 96 años deja un legado en nuestra tradición zuliana. Ahí tenía su barbería en medio de una “periquera” que formaban todo tipo de animales y clientes que acudían y hablaban en voz alta, sobre los últimos acontecimietnos regionales y nacionales. Eran los años 40 y Luis Guillermo Huerta cobraba un bolívar por el servicio de barbería a los que dedicó más de 65 años.
Su esposa Ana Camarillo, lo describió en una oportunidad como un hombre tranquilo, sano y amable, que se escondía en diciembre de tantos clientes que lo buscaban para “pelarse”.
El periodista Heberto Camacho del viejo Panorama, amigo y cliente de Luis, recordó en un trabajo que realizó, que el barbero Luis Huerta trabajó toda la vida cuando aprendió de otro profesional llamado El Loro el oficio. Fue un hombre familar, honrdo a carta cabal.
Recordó en ese momento que era muy “jodedor” y siempre iba hacia adelante, dijo.
Su apodo nace por la costumbre de su padre, Leopoldo Huerta, de decir a sus conocidos como una manera de saludo en una pulpería que tenía: “Vamos perros, como que no van a comprar”, y de ahí heredó el apodo.
El cantautor gaitero, Astolfo Romero, que le compuso su gaita, El Barbero, fue su amigo y en una oportunidad que fue entrevistado para una edición especial del Diario Panorama se le pregunto a Luis El Perro sobre la gaita en su honor que le arregló este gaitero y dijo: “Conocí a Astolfo desde muchachito en el barrio y recuerdo que se escondía en mi casa cuando lo salían acosando otros niños jugando y yo salía a defenderlo”. Era un niño muy vivaracho,dicharachero, hábil y chistoso, como son los que nacen en Santa Lucia, señaló entonces.
Con información Noticia Al Día
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