Opinión

El silencio, una estrategia poderosa

“El lenguaje se articula a través de la negatividad, donde el silencio puede ser visto como un modo de ser propio del lenguaje, una frontera entre lo dicho y lo no dicho”.

Giorgio Agamben, filósofo italiano

Decía días atrás que es importante razonar, en estas fechas de tantas diatribas borrosas, que la democracia nos permite a los ciudadanos participar en el proceso político y nos garantiza que todos tengamos igualdad de oportunidades y seamos tratados con dignidad. Al mismo tiempo, en esta breve nota no debemos dejar por fuera el auge de ciertos movimientos autoritarios y populistas que en diferentes partes del mundo han puesto en riesgo la estabilidad de las democracias.

Por Rafael García Marvez

Entonces, los que ejercemos el oficio de columnista nos encontramos con el dilema de qué hacer, cómo escribir, de qué habilidad echar manos para decir lo que pensamos sin que esto nos acarree castigos severos por parte del gobierno: hablo de Venezuela naturalmente. Es en este punto en que la palabra o la frase prodigiosa que nos conduce al silencio estratégico del que, algunos por ignorancia y otros por perversos, hacen malabarismos para criticar ese mutismo que es una herramienta poderosísima en la comunicación de estos tiempos opresivos. De manera que lo más importante no es simplemente callar, sino que esa pausa sea una pausa calculada y deliberada con un propósito específico. Que se utilice para lograr un objetivo, ya sea en el ámbito político, profesional o por supuesto en las gestiones de crisis.

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De cualquier manera, es casi obligatorio preguntarse qué implica ese silencio estratégico, además del esfuerzo intelectual que hay que poner en práctica. Necesariamente debemos tener presente que es una pausa consciente; que no es una ausencia de comunicación por olvido o desinterés, sino que es una elección activa de no hablar o no reaccionar de inmediato. Debemos tener perfectamente definido que siempre hay un objetivo detrás. Puede ser reflexionar, sí, escuchar, generar expectativas y muy importante, en algunos casos, restarle importancia a cierta información. De cualquier forma, saber cuándo y cómo aplicar el silencio estratégico demuestra madurez, autocontrol y una comprensión profunda de la dinámica comunicativa.

En resumen, el silencio estratégico no es la ausencia de comunicación, sino una forma de comunicación intencional y calculada para lograr un resultado deseado. Es un arte que se perfecciona con la práctica y la comprensión de las dinámicas humanas.

En consecuencia, en una dictadura las relaciones entre el gobierno y la oposición son inherentemente tensas y conflictivas, ya que sus objetivos son fundamentalmente opuestos. La dictadura busca mantener el control absoluto, mientras que la oposición lucha por un cambio político y la restauración de la democracia. La lucha por la libertad y la democracia a menudo implica sacrificios y desafíos profundos. En Venezuela, por ejemplo, esta lucha ha sido marcada por crisis políticas, económicas y sociales que han afectado a millones de ciudadanos. Líderes como María Corina Machado han planteado principios fundamentales para avanzar hacia un cambio democrático, destacando la importancia de la unidad nacional, la corresponsabilidad ciudadana y la lucha justa por medios constitucionales. Además, se ha enfatizado la necesidad de un liderazgo comprometido con valores éticos y políticas que promuevan una economía sana y una sociedad justa…

Por Rafael García Marvez


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