Para llegar a los altares se necesitan milagros. La sanación de la niña Yaxury Solórzano fue el que dio paso a la beatificación de José Gregorio Hernández, mientras que la curación de la doctora Trinette Durán lo fue para la madre Carmen Rendiles. El milagro para la canonización de la religiosa fue la curación de la joven Fabiola de Abreu. A José Gregorio lo promovió la devoción mundial, aceptada por el entonces papa Francisco.
El milagro de José Gregorio
En marzo de 2017, Yaxury Solórzano Ortega, de sólo 10 años, recibió un disparo en la cabeza. Sobrevivió, pero los médicos del estado Guárico, donde la pequeña vivía, le diagnosticaron daño cerebral irreversible con graves secuelas neurológicas.
Sin embargo, tras la ferviente oración de su madre al entonces venerable doctor José Gregorio Hernández, la niña se recuperó de manera total, caminando, hablando y sin presentar déficit alguno, en un tiempo récord y sin explicación científica. Este milagro fue la clave para su beatificación en 2021.
Los dos milagros de Carmen Rendiles
El Vaticano ha confirmado la intercesión de la madre Carmen Rendiles en dos milagros, el primero, a Trinette Durán de Branger, que dio paso a su beatificación, y el segundo, a Fabiola De Abreu, que permitió su canonización.
El caso de la doctora Trinette Durán de Branger. Esta médico cirujano del hospital «Miguel Pérez Carreño» de Caracas, sufrió un grave accidente mientras operaba a un paciente con un tumor de colon. Un cable eléctrico se desprendió de la mesa de operaciones, provocándole una fuerte descarga eléctrica en su brazo derecho que quemó su guante y afectó sus dedos índice y pulgar.
Intentó todo para recuperar la movilidad de su brazo derecho, tan necesario para poder ejercer su profesión de cirujana. Pero ninguna terapia, ni ningún médico, lograron la solución.
Lo que no logró la ciencia médica, lo logró la entonces venerable Carmen Rendiles. Después de pedirle con fervor, la doctora recuperó completamente la movilidad de su extremidad antes de someterse a una cirugía, sin explicación científica. Este milagro llevó a la Madre Carmen a su beatificación en junio de 2018.
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El segundo milagro cuya intercesión se atribuye a la madre Carmen fue a la adolescente Fabiola De Abreu. La joven sufría de hidrocefalia triventricular idiopática, con pronóstico muy reservado. Había pasado muchos meses en el hospital, sin evolución favorable.
La curación, atribuida a la intercesión de la beata Carmen Rendiles tras el contacto con una reliquia y la oración, se considera completa, estable y duradera, siendo confirmada por los médicos de la causa como inexplicable científicamente.
Los milagros en el proceso de canonización
Los milagros son signos del poder de la intercesión. Si bien es Dios quien obra los milagros, los difuntos interceden por los vivos, siendo esto la confirmación de que, si Dios los escucha, es porque ya contemplan el rostro de Dios en el cielo.
Han sido recurrentes los testimonios de personas que han recibido alguna intercesión de José Gregorio Hernández, pero hasta ahora solo el milagro de Yaxury Solórzano siguió la rigurosidad que se necesita para validar la santidad del difunto: reunir todas las pruebas médicas, el testimonio de que se pidió la intercesión a esa persona y no otros santos simultáneamente, el estudio preliminar diocesano y luego el de la comisión médica propuesta por la Santa Sede.
¿Quiénes no necesitan milagros para ser santos?
Cuando se trata de mártires no se requiere un milagro aprobado después de la muerte del candidato, sino que debe estar acompañado de una documentación de los hechos que testifican que murió verdaderamente a causa de su fe. Ejemplo de esto fue Óscar Arnulfo Romero en el 2018.
En los casos que se considera la figura del candidato suficientemente venerada y cumple con los requisitos, el Papa puede declarar santo a un beato sin necesidad de un segundo milagro (canonización equivalente). Es el caso de José Gregorio Hernández, cuya devoción es universal.
José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles siguieron dos procesos válidos para su canonización. La religiosa fue por la vía del milagro mientras que el médico laico lo fue por la popularidad entre la gente.
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