Sucesos

Hallan sin vida a una venezolana en un pozo de Trinidad y Tobago

En un pozo de Trinidad y Tobago,  fue encontrado el cadáver de Johanna Díaz, una venezolana de 32 años de edad quien tenía ocho días desaparecida. Así lo informó David Smolanksy, el comisionado de la Organización de Estados Americanos (OEA) para la crisis de los migrantes venezolanos, la noche del pasado sábado 5 de septiembre.

A través de su cuenta de Twitter, el funcionario dio detalles sobre el deceso y lamentó la muerte de la mujer. «Fue encontrada muerta y enterrada la tarde de este sábado. Otra tragedia para una familia inmigrante venezolana en ese país del Caribe», era parte de lo que decía el mensaje del comisionado.

Smolansky exhortó a las autoridades de Trinidad y Tobago a hacer las investigaciones correspondientes sobre el caso de Díaz, y les hizo un llamado a tomar acciones más contundentes en lo que respecta a la prevención de delitos y discriminación en contra de los venezolanos que, para huir de la crisis generada por el régimen de Nicolás Maduro, deciden irse a la nación caribeña.

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Según información publicada en Newsday, un portal web local, los familiares de la víctima, cuya vivienda se encontraba en Buen Intento, un sector de Princess Town,  comentaron a la policía que podía haber sido secuestrada por un mecánico de la zona, con quien mantenía vínculos amorosos y compartido casa meses antes de que perdiera el bebé que estaba esperando.

El 1 de septiembre, una vez sus parientes pusieron la denuncia ante la policía de dicha capital de que un grupo de funcionarios locales fue hasta Gran Couva, directamente a la vivienda en donde presumían podían encontrarla, pero no pudieron entrar. Esto debido a que no llevaban ninguna orden de allanamiento que les permitiera el acceso. Tres días después, la división central de homicidio de la policía de Preysal encontró el cuerpo descompuesto, que había sido arrojado a un pozo negro por quien fuese su concubino. La policía lo mantiene bajo arresto desde el pasado viernes 4 de septiembre.

«No la habíamos visto durante unos tres meses. No escuchamos ni vimos nada. Las paredes son altas y no esperábamos algo así en esta tranquila comunidad», dijo uno de los vecinos del lugar, quien pidió a Newsday que lo mantuvieran en el anonimato.

La última vez que vieron a Díaz fue el 28 de agosto, día en que se vería con una persona en un restaurante de comida rápida de la municipalidad de San Fernando para retirar un dinero. Ese mismo día, de acuerdo con el testimonio de sus amigos, la vieron por el centro de la ciudad, sin pensar que esa sería la última vez que la verían con vida.

Con información de: Tal Cual


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