La mayoría de las veces asociamos poder sexual con el poder de “llevar a la cama a una mujer”, con el poder de complacerla o de satisfacer una necesidad sexual.
En realidad, el poder sexual realmente va mucho más allá que una acción en concreto; porque consiste en alcanzar un estado de magnetismo que atraiga y haga que las cosas sucedan. La gran paradoja es que entre mas se sostenga este estado, menos hay que hacer y mas tiempo hay para crear.
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Al hombre lo fueron “domesticando” de tal manera que olvidó su instinto animal: esa sabiduría salvaje que está en el cuerpo y no en la mente.
El hombre se volvió entonces mental, perdió su capacidad de conectarse con su cerebro emocional y con su “ser orgásmico”. Se estará preguntando qué es un “ser orgásmico”.
Este concepto alude a nuestra capacidad de contener energía sexual en el cuerpo, circularla, moverla y mantenerla para obtener orgasmos de cuerpo completo o para alcanzar estados de éxtasis que lo harán atractivo, magnético e irresistible.
Sin embargo, el poder sexual en el hombre se ha reducido a su capacidad de mantener una erección, de complacer o satisfacer a una mujer.
Esta creencia limitante conlleva al hombre a pensar que tiene que hacer en vez de ser. Cuando se alcanza cierto estado y se respira por lo poros, el poder sexual es como un gran magneto que atrae situaciones y personas que están en resonancia con ese estado de éxtasis.
Estamos hablando entonces, de que cuando usted recupera su verdadero poder sexual, se genera un magnetismo que logra seducir solo con la presencia.
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Esta presencia logra penetrar a una mujer en el silencio, en una mirada, y por supuesto, en la cama! Es lo que hace que el hombre “sea interesante” a pesar de los años, la edad o la potencia de sus erecciones. Es una esencia que trasciende y que perdura.
Es lo que la mujer secretamente busca en un hombre para sentirse segura y protegida, dos de las necesidades emocionales que yacen en el ADN del femenino.
Si usted logra desapegarse de la idea que nos vendieron del “macho cabrío”, logrará tener potencia y creatividad en su vida sexual y sobre todo, en su vida profesional. La sexualidad es creatividad en acción y el poder de crear la vida como se la imagina.
Con información Soho
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