Los comerciantes en Cumanacoa, municipio Montes del estado Sucre, aún siguen contabilizando las pérdidas tras el desbordamiento del río Manzanares el pasado 2 de julio. La furia del agua arrasó con locales, inventarios y sueños, dejando a muchos en una situación precaria.
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Sin embargo, en medio de la desolación, el Gobierno nacional y regional han prometido brindar ayuda a los afectados, incluyendo créditos especiales a través del Banco de Venezuela para reactivar sus negocios. Los comerciantes relatan que el desbordamiento del río los tomó por sorpresa, dejando apenas tiempo para salvar sus vidas. «Perdimos todo», es la frase que más se escucha decir.
La situación es aún más difícil para aquellos que vendían productos perecederos, quienes tuvimos que donar lo que no se dañó por completo a la comunidad, ya que además de solidarizarse con los vecinos, ahora no tienen cómo refrigerar con los congeladores llenos de barro.
Ante la magnitud de los daños, las autoridades han anunciado la entrega de créditos a través del Banco de Venezuela para ayudar a los comerciantes en Cumanacoa a reponer sus inventarios y reactivar sus negocios.
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José Luis Díaz, pescadero del centro de Cumanacoa, relató que la mañana del martes quedó sorprendido al ver todo el desastre ocasionado por el río ya que vive en otro sector cercano llamado Arenas que al estar en una zona alta, no se vio perjudicado.
«Cuando vinimos a abrir el negocio, nos encontramos con esto, todo estaba lleno de fango hasta el día de hoy. El jueves tuvimos una reunión con el alcalde Eustorgio Bello y el gobernador del estado Sucre Gilberto Pinto, nos ofrecieron unas ayudas, esperamos que sea lo más pronto posible, porque nuestro negocio es de comida perecedera y tuvimos que regalar entre 20 y 22 cajas de pescado porque el agua dañó los congeladores, así que la pérdida que hemos tenido es total», aseguró el comerciante.
Asimismo, mencionó que perdieron dos neveras en su totalidad, pero que lo que se pudo recuperar de la mercancía se repartió en el pueblo; sin embargo, detalló la situación económica a la que se enfrentan ahora.
«Nosotros traemos el pescado a crédito y al día siguiente lo cancelamos, si este evento va a durar 15 días 20 días, nos vamos a atrasar con los pagos, con los proveedores y con los clientes que nosotros tenemos, porque no todo el mundo compra de contado», detalló el pescadero.
«Hubo una promesa de que nos van a ayudar, que hay una conversación con el gerente del Banco de Venezuela y nos prometieron un crédito. Esperamos que sea cierto, porque mi yerno y yo vivimos de esto y mi esposa trabaja para el Ministerio de Educación y ese sueldo no es mucho…», finalizó.
Con información de El Siglo
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