La provincia de Valencia despierta este miércoles tras una noche de pesadilla a la espera de conocer la magnitud de la devastación provocada por el temporal que se cierne sobre ella. Hay al menos 62 muertos, decenas de desaparecidos, conductores aislados, vecinos encaramados en los pisos superiores de sus viviendas, miles de personas desplazadas que no pudieron volver anoche a sus casas, coches apilados, pueblos anegados y carreteras cortadas.
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La gota fría ha afectado principalmente a esta provincia pero sus efectos han alcanzado a otras: en Mira (Cuenca) ha fallecido una mujer de 88 años tras el desbordamiento de un río, y en Letur (Albacete) se busca a seis personas desparecidas. El tráfico ferroviario de alta velocidad entre Madrid y Valencia está cortado, al igual que la circulación por tren entre Valencia y Barcelona, y así permanecerá durante todo el día. El Gobierno ha activado un gabinete de crisis en La Moncloa y la actividad parlamentaria ha quedado suspendida.
El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, confirmó en la noche del martes la recuperación de varios “cuerpos sin vida”, pero evitó dar un número hasta contactar con los familiares. A primera hora de este miércoles ya eran 13 los fallecidos ―cinco en Torrent (un matrimonio, dos niños y un bebé), cuatro en Paiporta (dos hombres, una mujer y un bebé), uno en Chiva (un hombre), uno en Cheste (otro varón), uno en Alfafar (una mujer) y uno en Alcudia (otro hombre)― y sobre las nueve de la mañana la cifra había ascendido a 51. Pasado el mediodía, las autoridades valencianas han informado de que, “en este momento, y de forma provisional”, las víctimas mortales son 62. Continúa la búsqueda de desaparecidos.
Cadáveres trasladados a Valencia
Los cadáveres van a ser trasladados a la Ciudad de la Justicia de Valencia, donde se encuentra el Instituto de Medicina Legal, según ha confirmado la Generalitat. El Ministerio de Defensa ha ofrecido morgues portátiles ante el temor de que, una vez se empiece a retirar el barro que anega muchas poblaciones valencianas, se encuentren más cuerpos, informa Miguel González. Hay 1.034 militares movilizados en la zona: 250 interviniendo en tareas de rescate y cerca de 750 esperando a poder acceder a las zonas todavía aisladas, según ha explicado la ministra Margarita Robles, quien ha contado que acababa de hablar con un cabo primero del Ejército del Aire cuyos padres han muerto en la riada.
A la luz del día y con el nivel del agua bajando en las comarcas valencianas más afectadas —Utiel-Requena, la Hoya de Buñol l’Horta de Valencia y La Ribera—, se espera poder llegar a los lugares donde ayer fue imposible o muy difícil para seguir con la búsqueda de desaparecidos. La Generalitat ha habilitado este número de teléfono solo destinado a informar sobre estas personas no localizadas: 900 365 112. Las lluvias intensas remiten en la provincia de Valencia, pero hasta las 14.00 hay aviso naranja (el segundo de una escala de tres) en el interior de Castellón.
La gota fría que sufre desde el martes la Comunidad Valenciana es la peor registrada en este siglo XXI, con un impacto mayor que el que tuvo la dana de septiembre de 2019 y comparable a los dos grandes temporales de los años ochenta, que afectaron sobre todo al sur de la región ―el de octubre de 1982, la llamada pantanada de Tous, y el de noviembre de 1987―, según el primer balance ofrecido por la delegación valenciana de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en su perfil de la red social X. En octubre de 2000 hubo un episodio de lluvias torrenciales que es el que “más volumen de precipitación acumuló en la comunidad”. “Pero fue una gota fría muy prolongada, de varios días, y menos catastrófica que las de 1982, 1987 y 2024″, señala Aemet. Por tanto, este ha sido “un temporal histórico, a la altura de los grandes temporales mediterráneos y entre los tres más intensos en la Comunidad Valenciana”.
Desde primera hora de este miércoles arrecian las críticas en las redes sociales por la supuesta falta de previsión y de advertencia a la ciudadanía sobre la violencia del temporal. Aemet elevó el nivel de aviso de naranja a rojo, el máximo, a las 8.00 de la mañana del martes en el litoral sur de Valencia, donde se habían acumulado ya 90 litros en apenas una hora, informa Victoria Torres. Fue, por tanto, un aviso sobrevenido, por fenómenos meteorológicos ya observados, no en previsión. A las 10.00, Aemet extendió el rojo a buena parte de la provincia, en medio ya de importantes inundaciones. Los avisos rojos estuvieron en vigor hasta las 18.00, salvo en el litoral, donde se extendieron hasta las 00.00.
Sin embargo, el servicio autonómico de Emergencias del 112 no envió la primera alerta a la ciudadanía hasta pasadas las 20.00 del martes. Para entonces, miles de personas estaban ya atrapadas en las carreteras, en los centros comerciales o en sus trabajos. Fueron muy numerosos los mensajes en redes sociales pidiendo ayuda para la gente que estaba aislada y que no lograba contactar con el 112, colapsado de llamadas. Pasada la medianoche, Mazón confirmó la existencia de víctimas mortales, aunque no dio cifras ni ubicación. También explicó que había zonas cuya situación se desconocía, dado que no se había podido acceder a ellas y tampoco se había podido establecer comunicación con sus alcaldes.
Al principio, el martes, la dana provocó inundaciones principalmente en el interior de Valencia, en la zona de Utiel, al desbordarse el río Magre, y también en localidades como Chiva, donde se recogieron cerca de 500 litros por metro cuadrado, uno de los registros más altos de los últimos 20 años.
Los videos de torrentes de agua desplazando coches y también de personas arrastradas corrieron por las aplicaciones de mensajería y por las redes sociales, que también sirvieron para ayudar a localizar a personas atrapadas y facilitaron así la labor de las fuerzas de seguridad.
En las próximas horas, y en principio con las lluvias más intensas desplazándose hacia el norte, se espera poder hacer balance, primero de víctimas mortales y heridos y después de los ingentes daños materiales que, en forma de destrozos y toneladas de barro, está dejando a su paso un temporal sin nombre pero dispuesto a hacer historia.
Con información de El País
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