El clítoris es una de las zonas erógenas femeninas más conocidas, pero no es la única. Y es que dentro de la vagina hay otras áreas muy sensibles, con capacidad para facilitar el orgasmo, como el punto G. Así como un sitio menos conocido, denominado punto A.
Esta es una parte de la anatomía de la mujer que podría colaborar con el alcance de orgasmos intensos y muy placenteros. Ahora bien, como la mayoría de las personas no sabe dónde está ubicada ni cómo se la debe «trabajar» para alcanzar el placer, te preparamos aquí una guía completa.
¿Dónde se encuentra el punto A?
El punto A sería una zona erógena y muy sensible dentro de la vagina. En concreto, ayudaría a mejorar la lubricación vaginal, estimulando una mayor producción por parte de las glándulas.
Se encontraría ubicado en la pared anterior de la vagina, un poco antes del cuello del útero. De manera aproximada, se lo localiza a unos 7,5 centímetros de los labios vaginales y a unos 3 centímetros debajo el fórnix anterior. El fórnix anterior es una especie de bolsa que forma la vagina alrededor del cuello del útero y, por ello, el punto A recibe el nombre técnico de zona AFE (siglas en inglés de anterior fornix erogenous o «zona erógena del fórnix anterior»).
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Aunque el médico que lo descubrió estaba investigando otra cosa, se habría encontrado con que la estimulación del punto permitía alcanzar múltiples orgasmos. Además, su estimulación continua no causa hipersensibilidad, es decir, no agota la capacidad que tiene de percibir las sensaciones. Eso lo diferenciaría del punto G, que queda en un estado refractario apenas termina el orgasmo, lo que causa dolor o incomodidad al seguir estimulándolo.
Es difícil definir cómo son los orgasmos tras la excitación de esta zona. Algunas mujeres los describen como fuertes e intensos, similares a los que experimentarían los hombres con el orgasmo prostático.
La discusión sobre la existencia del punto A
Al igual que sucede con el punto G, la zona AFE cuenta con expertos a favor y en contra. Fue el doctor malasio Chua Chee Ann quien describió el punto en 1993, mientras buscaba un posible tratamiento para la sequedad vaginal.
En su estudio, publicado en la revista Sexual and Marital Therapy, indicaba que la estimulación de la zona AFE podía dar como resultado una rápida lubricación vaginal y culminar en orgasmos. Esta publicación científica le dio una mayor notoriedad en el círculo científico y lo llevó a dar múltiples conferencias y talleres sobre el tema alrededor del mundo.
Un poco más cerca —en el año 2022—, otra investigación realizada en India reconoció la existencia de este centro erógeno femenino. Pero también señaló que a algunas mujeres les cuesta encontrarlo y que se requiere de entrenamiento para estimularlo.
En el otro lado de la balanza, hay expertos en anatomía humana que consideran que el punto A no es un término aceptado por carecer de bases científicas. En esta línea se destaca el sexólogo italiano Vincenzo Puppo.
Lo concreto es que falta mayor investigación en torno a este y otros puntos erógenos femeninos. De todas maneras, sí se tiende a reconocer la existencia de áreas, dentro del aparato reproductor de la mujer, que concentran más terminaciones nerviosas y mayor circulación, lo que favorecería la excitación.
¿Cómo estimular el punto A?
Ya te adelantamos que, según algunos expertos, necesitas práctica para llevar a cabo una buena estimulación del punto A. Pero tampoco resulta imposible. Eso sí, recuerda que no todas las mujeres son iguales y puede llevarte más o menos tiempo hallarlo y excitarlo.
Algunas de las técnicas que podrías utilizar son las siguientes:
1. Masturbación
Una manera de llegar al orgasmo, estimulando el punto A, es dándote placer por tu cuenta. Para ello, vas a acostarte boca arriba en la cama, con las piernas abiertas y las rodillas flexionadas.
Luego, introduces el dedo medio o el índice en tu vagina y haces un movimiento tipo C, como el usado para estimular el punto G. Ten en cuenta que sea un movimiento gentil, para que no te genere incomodidad. Sentirás la zona AFE como suave al tacto, a diferencia del punto G, que es algo rugoso o esponjoso.
Así mismo, si estás en pareja, él o ella también pueden masturbarte, siguiendo el mismo procedimiento. Recomendamos que se corten las uñas, para evitar lesiones en la vagina.
2. Juguetes sexuales
Si consideras que tus dedos son muy cortos y no llegarás a la zona AFE, puedes ayudarte con un juguete erótico. Busca vibradores alargados y con un poco de curvatura, como los de tipo conejo o las «varitas mágicas».
También hay algunos que cuentan con función de vibración sónica. Estos podrían estimular el punto A de una manera agradable y sin ser agresivos.
Utilizarías los juguetes de la misma manera que te indicamos antes con los dedos. Te recomendamos usar un lubricante íntimo para hacer la experiencia más sencilla.
3. Penetración
Si tienes un compañero, este puede estimularte la zona AFE por medio de la penetración. Lo ideal es intentar posturas sexuales que permitan una penetración profunda, como las siguientes:
- Perrito: es la favorita de muchas personas. Para llevarla a cabo, ella se coloca con las palmas de las manos y las rodillas apoyadas en el suelo o el colchón, mientras que él —de pie o arrodillado— la penetra por detrás.
- Surfero: guarda relación con la posición anterior, ya que él se ubica detrás de ella. La diferencia está en que ella se va a recostar boca abajo, en el reposabrazos del sofá, y dejará las caderas elevadas.
- Misionero: es un clásico en lo que a posiciones sexuales se refiere y también útil para estimular el punto A. La mujer debe colocarse boca arriba, con las piernas abiertas y flexionadas, mientras el hombre la penetra, de pie o de rodillas. Algunas de sus variantes, como el asiento de loto o el balancín, también sirven para la estimulación profunda.
- Vaquera invertida: en esta postura, él se acuesta boca arriba y ella se ubica de espaldas a él, sobre sus caderas, controlando la profundidad de las penetraciones.
El punto A también puede estimularse de forma indirecta y la manera de lograrlo es por medio del sexo anal. Esto se debe a que la separación entre el recto y el canal vaginal profundo no es tan gruesa. Así que podrías experimentar las sensaciones también en ese punto especial.
Con información de Mejor con Salud
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