En pocas palabras, un liderazgo disruptivo describe a alguien que en un puesto de liderazgo siempre está buscando mejores soluciones y maneras de mejorar los procesos y el negocio en general, alguien que no tiene miedo de sacudir todo para obtener los resultados necesarios.
Por Chichí Páez
A menudo, la palabra “disruptivo” tiene una connotación negativa y, de acuerdo con el diccionario, no describe cualidades que usualmente se asocian con un liderazgo fuerte y positivo. Esto puede confundir a muchas personas con respecto al liderazgo disruptivo, pero -en realidad- puede ser el mejor modo de alcanzar el éxito.
¿Qué es el liderazgo disruptivo?
“Disruptivo”, ha sido un término de tendencia en los últimos años. En su nivel más básico, el término significa cambiar la manera cómo las personas piensan, o el cómo se hacen las cosas, generalmente en un entorno organizacional.
La innovación está estrechamente vinculada a la interrupción, pero no son lo mismo. Las “startups” (activaciones o implementaciones) están revolucionando los emprendimientos, las mentes innovadoras están alterando el cómo se hacen las cosas y casi todos están de acuerdo en que la disrupción bien ejecutada es algo bueno.
En pocas palabras, el ejercer un liderazgo disruptivo describe a alguien en un puesto de liderazgo que siempre está buscando mejores soluciones y mecanismos para mejorar los procesos y el negocio en general, alguien que no teme estremecer todo para obtener los resultados necesarios.
Steve Jobs (co-fundador de Apple Inc. en 1976), es un disruptor famoso y su estilo de liderazgo y visión creativa fue -en gran parte- responsable del éxito abrumador de Apple. Jobs era conocido por ser bárbaramente honesto en sus críticas, una práctica que defendió con los resultados de su equipo.
¿Por qué es necesario?
Porque es una innovación que crea una nueva red de mercado, de valor y, finalmente, interrumpe una red de mercado y valor existente, desplazando a las alianzas y los líderes del mercado establecidos.
Las innovaciones disruptivas son parte de nuestra vida cotidiana y crean nuevas realidades que invaden el mercado, propician el cambio y crean nuevos sectores de los emprendimientos. Esto puede tener enormes repercusiones si quien lidera está desorganizado, pero beneficios incalculables si se es quien lleva a cabo la creación disrupción y está organizado.
La innovación disruptiva describe un proceso por el que un producto (bien o servicio) se arraiga inicialmente en aplicaciones simples en el fondo de un mercado y -luego- se mueve indeteniblemente hacia arriba, desplazando eventualmente a los competidores establecidos. Es una manera poderosa de pensar sobre el crecimiento liderado por la innovación.
Estos disruptores pueden sacudir las cosas un poco, lo que les obliga a pensar y actuar de manera diferente y esto -a su vez- puede tener grandes beneficios para la empresa. Generalmente, trabajan para mejorar sus productos (bienes o servicios) para que sus clientes más rentables superen sus necesidades a un precio más bajo; es decir, que primen los cambios en las expectativas del consumidor.
Muchas personas que han implementado con éxito el liderazgo disruptivo han descubierto cómo usarlo a través del ensayo y error (es decir: mediante el empirismo, el modo de accionar común en la vida que conduce hacia las vivencias, las experiencias vividas que enseñan mucho) y -también- gracias a su autenticidad.
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Es importante que aquéllos que quieren intentar un liderazgo disruptivo no sólo conciban, adopten e implementen decisiones por capricho, perdiendo de vista sus metas globales. Esto conduce a una implementación deficiente y causa desconfianza en el equipo humano que ha de actuar conjuntamente con el disruptor: nadie siente que tiene la seguridad que necesita o la fe en el liderazgo para orientar al equipo en la dirección correcta.
La verdad es que el éxito continuo está en manos de todos en el negocio. Los líderes disruptivos incluyen e informan a todos los integrantes de su equipo acerca de la verdad, para que juntos puedan abordar cualquier inquietud.
Además, buscan continuamente descubrir si las estrategias empresariales actuales son efectivas y se pronunciarán cuando no lo sean. La verdad puede no ser siempre deseable, pero es obligatorio tomar las medidas adecuadas y concebir, adoptar e implementar decisiones imprescindibles.
Mientras otros están contemplando algo, el líder disruptor se hará cargo y asumirá las decisiones que sean necesarias. Aquéllos que poseen los rasgos del liderazgo disruptivo son intuitivos y no tienen dificultad para informar al equipo sobre lo que quieren, cuándo, cómo y por qué. Más importante aún, ellos participarán en la acción necesaria para que el cambio suceda.
Como lo es para cualquier tipo de líder, necesitan sentirse cómodos en todas las situaciones, ya sean positivas o negativas; necesitan poder manejar la realidad del cambio. Las cosas pueden ser muy impredecibles dentro de la industria y esto puede enviar a la gente a un frenesí caótico.
Los líderes disruptivos no sólo saben cómo manejar situaciones difíciles y estresantes, sino que también guiarán a su equipo a través de ellas, con seguridad y confianza. Un rasgo clave de esta clase de liderazgo es la capacidad de explicar -en términos prácticos y sencillos- cómo los cambios afectarán a la empresa y lo que van a hacer al respecto en equipo.
Los líderes disruptivos suelen ofrecer paquetes de beneficios innovadores y personalizados para los empleados y pasantes, que van más allá de los tradicionales.
Por Chichí Páez
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