Opinión

Educación ¿Un crimen de lesa humanidad?

El título de este artículo recoge dos expresiones, conceptos, esencialmente adversos. Educación y Crimen de lesa humanidad, solo ayuntados  para el tratamiento crítico que se pretende.

En el artículo anterior sostuve que la tragedia de la Educación venezolana, de origen y sedimentación democráticos, no es solo  consecuencia de un gobierno de vocación autoritaria, ineficiente, destructiva, sino que se trata de una política sistemática, fríamente calculada destinada a despedazar al sector educativo nacional. Para tal propósito desintegrador, arroja a sus actores, protagonistas, a un Apartheid de hambre, precariedad y exterminio. No estamos frente a un gobierno que no aumenta los salarios y nos deja sin seguridad social, no. Estamos frente a un gobierno de claridad malévola, que conoce el peso político, histórico de la educación en una sociedad. Allí anida el pensamiento político democrático y libertario, los soportes culturales, científico- técnicos, afectivos y morales de la nación venezolana.

Por Luis Enrique Vizcaya

Esta política criminal va  más allá, apunta a asfixiar el alma del país, su configuración cultural, cognitiva, política  y moral. Destruir a sus oficiantes, constructores, protagonistas, despojarlos de sus herramientas, medios  y recursos.

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Simultáneamente, despliegan una ofensiva política y cultural para reducir el  liderazgo  fundamental de las universidades, se apoderan de gremios y sindicatos, relajan y destruyen  la seguridad social con compañías que negocian con el gobierno. Abandonan el presupuesto y destruyen la planta física, violentan el patrimonio artístico, golpean la autoestima  arrojándonos a penurias inimaginables. Es el horror y el terror del desamparo y la necesidad, junto a los salarios del hambre y el exterminio de los jubilados.

Es evidente que se comete un Crimen de lesa humanidad, daños contra la humanidad, dirigido a someter perpetuamente a una nación.

Es esto lo que debemos enfrentar, unirnos con claridad política, más allá de lo reivindicativo que es usado para distraernos y humillarnos. La lucha por los salarios es insuficiente, resuena en las calles desde hace tres años y el gobierno continúa imperturbable aún cuando tenga recursos para resolverlo. Los jubilados mueren sin alimentación ni medicamentos, no es un descuido, es una concepción de estado que los ubica como carga para el Estado.

La lucha es por el cambio de gobierno, de modelo político, económico y social, enfrentar la fuente de una política  diseñada expresamente para convertirnos en una sociedad inerme, manipulable, así perpetuarse en el poder.

Como integrantes del Sector Educativo nacional, activistas del conocimiento, depositarios  del pensamiento político, cultural , científico – tecnológico de la nación venezolana, debemos desplegar nuestro   liderazgo, interpretar la voluntad soberana de casi 8 millones de ciudadanos, el 28 J del 2.024., para abrir las puertas a la democracia, la libertad, y hacer brillar la educación como sostén de progreso, prosperidad y oportunidades para todos.

Por Luis Enrique Vizcaya

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