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Miles de birmanos huyen tras bombardeos del Ejército

Más de 3.000 birmanos han escapado a Tailandia tras los bombardeos del Ejército durante el fin de semana y este lunes en zonas del sudeste del país controladas por la guerrilla karen, en lo que supone el mayor éxodo desde el golpe de Estado del 1 de febrero.

El ataque de los militares en esta región coincidió con la matanza de más de 120 civiles entre el sábado y el domingo en ciudades de toda Birmania (Myanmar) por parte de las fuerzas de seguridad, lo que ha generado una ola de fuertes condenas y estupor en la comunidad internacional.

Sin embargo, varios activistas denunciaron que el Ejército tailandés ha obligado al menos a 2.000 refugiados karen a volver a Birmania a través del río Salween, a pesar de que las autoridades se comprometieron a acogerlos.

«Este acto desalmado e ilegal tiene que para ya», dijo en Twitter Sunai Pasuk, de la ONG Human Rights Watch.

A pesar de las extrema violencia utilizada por los soldados y policías, este lunes miles de birmanos volvieron a salir a las calles para protestar contra el golpe que despojó del poder al Gobierno electo de Aung San Suu Kyi.

BOMBARDEOS

El miedo a los bombardeos en la zona fronteriza controlada por la guerrilla karen ha llevado a que cerca de 10.000 personas se hayan huido a la selva para esconderse, mientras que alrededor de 3.000 han cruzado a Tailandia, informaron este lunes varias organizaciones no gubernamentales.

Según la red de apoyo a la población karen, dos aviones del Ejército birmano lanzaron nueve bombas y dispararon desde el aire con armas automáticas en la noche del sábado, lo que provocó la muerte de al menos tres personas.

Los militares retomaron los bombardeos a la mañana siguiente en la misma región, donde por la tarde, tres aviones de combate atacaron tres aldeas, lo que causó la huida masiva de los lugareños hacia la selva y la frontera con el país vecino.

El fundador de la ONG Free Burma Rangers, David Eubank, afirmó a Efe que los aviones birmanos volvieron a atacar la zona durante la mañana del lunes, dejando gravemente herido a un niño.

Los karen son uno de los grupos minoritarios en Birmania que han estado luchando contra el Ejército durante décadas y cuyos representantes han dado su apoyo al movimiento de desobediencia difícil contra el golpe.

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La televisión pública de Tailandia Thai PBS informó este lunes que unos 3.000 birmanos de la etnia karen se habían refugiado en la provincia de Mae Hong Son, en el noreste del país.

Tailandia, que ha reconocido que tiene preparado un contingente para los refugiados trasnfronterizos que huyan de los militares en Birmania, espera la llegada de unas 15.000 personas, según desvelaron a Efe fuentes diplomáticas.

El Gobierno tailandés no ha condenado el golpe de Estado ni la violencia de las fueras de seguridad contra civiles y fue uno de los pocos países que envió un representantes a las celebraciones el pasado sábado en Birmania del Día de las Fuerzas Armadas.

Centenares de birmanos han cruzado también a la India desde el golpe del 1 de febrero y aunque Nueva Delhi ha pedido abiertamente que no se permita su entrada en suelo indio, algunas regiones fronterizas como Mizoram han desoído esas órdenes y están acogiendo en sus hogares de forma generalizada a los refugiados.

NUEVAS PROTESTAS

En varias ciudades birmanas miles de ciudadanos volvieron a salir a las calles este lunes para protestar contra la junta militar a pesar de la extrema violencia de soldados y policías que desataron el fin de semana una matanza de civiles, incluidos 7 menores.

Las fuerzas de seguridad continuaron hoy con el uso de fuerza letal contra los manifestantes con al menos tres muertos, incluido un joven de 20 años, y otras cinco personas heridas en Rangún, la mayor ciudad del país, informó los medios Irrawaddy y Myanmar Now.

La deriva de violencia empleada por la junta contra manifestantes pacíficos y ciudadanos que ni siquiera participan en las protestas esta generando una creciente ola de duras condenas internacionales.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tachó este domingo de «absolutamente intolerable» la matanza de este fin de semana en Birmania, y no descartó imponer más sanciones a la junta militar.

Por su parte, el alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, condenó la «cruel violencia» perpetrada contra el pueblo birmano e instó a las autoridades militares a que cesen la «tragedia» tras el fin de semana más sangriento desde que comenzaron las protestas contra el golpe de Estado.

35 NIÑOS MUERTOS

Desde Unicef se denunció que las fuerzas de seguridad birmanas han matado a al menos 35 niños desde el levantamiento militar y exigió que los responsables de estos crímenes rindan cuentas.

Los uniformados, liderados por el general Min Aung Hlaing, continúan sin embargo ignorando las llamadas de la comunidad internacional y las sanciones aprobadas por la UE y algunos países como EE.UU. contra la élite castrense y sus conglomerados económicos.

La represión de la junta militar había dejado hasta el domingo 459 muertos, la mayoría por disparos de las fuerzas de seguridad, según el recuento diario de la Asociación para la Asistencia de los Presos Políticos (AAPP) de Birmania.

Los militares birmanos justifican el golpe de Estado por un supuesto fraude en las elecciones del pasado noviembre, en las que arrasó y revalidó su poder el partido de Suu Kyi, con el aval de los observadores internacionales.


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