Manifestantes de la favela de Jacarezinho se dieron cita este viernes 7 de mayo frente a las instalaciones de la Policía Civil de Río de Janeiro para pedir justicia por las 25 vidas segadas la víspera en un violento operativo policial contra la banda de delincuentes que domina esa deprimida favela carioca.
La acción de los uniformados se llevó a cabo en momentos en que este tipo de acciones están restringidas en Río de Janeiro.
Fue la más letal en la historia de la emblemática ciudad brasileña.
«Eso no fue una operación de inteligencia. Fue una completa masacre que forma parte del genocidio que está en curso en nuestro país y principalmente en nuestro estado», aseguró a EFE Giovanna Almeida, una estudiante de 22 años que se juntó a los manifestantes.
Leer más: Identificaron nueva variante de Covid-19 en Río de Janeiro
El operativo, que contó con la participación de unos 200 uniformados y tuvo una duración de nueve horas, fue calificado de «exitoso» por la Policía Civil, que negó las acusaciones de abusos y afirmó que la acción -que tenía por objetivo desmontar una banda de narcotraficantes que reclutaba menores de edad para acciones criminales- fue planificada, autorizada y supervisada por el Ministerio Público.
Los datos oficiales señalan que un policía perdió la vida minutos después de recibir un impacto en la cabeza al comienzo de la operación y que 24 sospechosos (que los comisarios no calificaron como simples sospechosos sino como probados pistoleros) fallecieron durante el operativo en la favela de Jacarezinho.
Sin resistencia
No obstante, habitantes de la favela que fueron testigos de los hechos aseguran que los presuntos delincuentes fueron «asesinados» dentro de las viviendas y sin oponer resistencia.
«Las personas murieron sentadas, murieron dentro de casas. Las imágenes son esclarecedoras y por la dirección de la sangre se ve que no hubo intercambio de tiros. Hubo ejecución, hubo asesinato», dijo Milena Santos, otra estudiante que participó en la protesta.
«Como carioca, mujer, joven, negra y favelada mi sentimiento es de repudio, de tristeza. Fueron 25 vidas de jóvenes. Sospechosas o no, las personas no tienen que ser asesinadas. Son crímenes, es una violencia de estado», afirmó.
Cargados con carteles que decían «Paren de matarnos» y «Las vidas negras importan», unos 70 manifestantes madrugaron a pedir justicia frente a las instalaciones de la Policía y posteriormente se desplazaron a la favela de Jacarezinho, donde pusieron velas y flores en los sitios donde se registraron las muertes. Unos 50 policías armados acompañaron la protesta.
Repudio
Expertos en seguridad pública y organizaciones defensoras de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch repudiaron el operativo.
El propio alcalde de Río, Eduardo Paes, criticó la acción de los uniformados.
Señaló que es el resultado de una política de seguridad pública «inexistente y errónea» que «pone en riesgo a la policía y permite que se propague el crimen».
La Defensoría y el Ministerio Público de Río anunciaron investigaciones de los hechos.
De acuerdo con datos oficiales, unas 1.800 personas murieron en operaciones policiales en Río de Janeiro en 2019, cifra que se redujo a 1.300 víctimas en 2020 gracias principalmente a que la Corte Suprema restringió las operaciones policiales en las favelas durante los confinamientos por la pandemia de la Covid-19.
No obstante, solo en el primer trimestre de este año 453 personas han muerto a manos de uniformados.
Según cifras del Instituto de Seguridad Pública (ISP), entidad adscrita a la Gobernación de Río.
Con información de: EFE
Visítanos en Twitter e Instagram