Estados Unidos debe reconocer el peligro y la profundidad de los vínculos del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, con la estructura político económica de José Luis Merino y Alba Petróleos, afirma un documento publicado esta semana por la firma IBI Consultants, y elaborado por el periodista e investigador Douglas Farah.
«Estos vínculos socavan tanto el Estado de derecho en El Salvador como una política más amplia objetivos en Venezuela, Nicaragua y otros lugares al apoyar a Maduro, Ortega, las FARC, esfuerzos rusos y otros actores, a quienes Estados Unidos ha llamado repetidamente actores malévolos en el hemisferio», dice el documento, en referencia a la asociación de Bukele con el excomandate de la guerrilla José Luis Merino, quien fue también un hombre fuerte en el Gobierno de Antonio Saca, bajo la bandera de ARENA, y en las dos recientes administraciones del FMFLN.
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«La política estadounidense debe hacer que se corten los vínculos con la estructura criminal de Alba Petróleos y el liderazgo es una prioridad para continuar la relación privilegiada de la que actualmente disfruta Bukele», reitera.
Los vínculos
El informe «Cómo hacer desaparecer billones de dólares: José Luis Merino, PDVSA, Alba Petróleos y la administración Bukele fortaleciendo lazos con estructuras de crimen internacional» fue Farah, como parte de IBI Consultants, LLC. Farah es un periodista estadounidense, autor y consultor de seguridad nacional. Fue jefe de la oficina de United Press International en El Salvador de 1985 a 1987.
El documento, afirma el autor, es el resultado de seis años de investigación sobre la Empresa Criminal Conjunta Bolivariana (BJCE, por sus siglas en inglés), la alianza de estados bolivarianos liderada por Venezuela, junto con las FARC.
Señala que esta empresa criminal conjunta no solo ha tomado miles de millones de dólares de las arcas del Estado venezolano, sino que también ha utilizado a PDVSA, la compañía petrolera estatal, como la estructura central para el lavado de dinero y la corrupción en toda la región. Uno de los componentes principales del BJCE era la subsidiaria de propiedad mayoritaria de PDVSA, Alba Petróleos en El Salvador, controlada por el ex comando urbano del FMLN, José Luis Merino.
Retoma que Nayib Bukele recibió dinero de Alba en 2013, cuando era alcalde de Nuevo Cuscatlán, algo que el mismo gobernante ha reconocido y a lo que le ha restado importancia.
Pero el enfoque del informe es, más bien, como la actual administración está llena de personas de confianza de Merino, y de ex funcionarios de ARENA y del FMLN vinculados a él.
En 2019, justo antes de que Bukele asumiera la presidencial, la Fiscalía General allanó 23 oficinas corporativas y personales de la estructura de Alba Petróleos. «Esto dio la impresión errónea de que se había acabado con el esquema de Alba Petróleos que silenciosamente había canalizado al menos $ 1 mil millones en fondos a sus líderes durante la década anterior», dice el autor.
Reitera que Bukele y sus empresas recibieron varios millones de dólares en préstamos del imperio empresarial Alba Petróleos en 2013, y que aliados y familiares de Merino ocupan cargos formales e informales clave en la administración de Bukele, junto con funcionarios acusados de corrupción en gobiernos de derecha anteriores, en particular la desacreditada administración de Antonio «Tony» Saca (2004-2009).
Dada la influencia de Merino y otros grupos en la administración de Bukele y los documentos que muestran que $1,000 millones desaparecieron a través de Alba Petróleos hacia los paraísos fiscales controlados por la estructura de Merino, es complejo erradicar las estructuras corruptas afianzadas en el Gobierno, dice.
Con información de La Prensa Gráfica
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