Arrancan las clases de nuevo y con ellas vienen una serie de preocupaciones para los docentes, para los padres y para los alumnos. Nos enfrentamos nuevamente a uno de los rostros más horribles de la crisis nacional: La Educación.
A lo largo de los últimos 20 años, el sector educativo ha sido pulverizado. La calidad de la educación ha bajado a niveles insospechados, el estado de las infraestructuras es pésimo y la deserción escolar ha crecido y todo esto sin dejar de mencionar la fuga de profesionales de la educación, quienes como tantos otros han decido empacar sus vidas e ilusiones e irse hacia otras latitudes, buscando una existencia más digna y mejor.
La crisis educativa va desde el pensum que se imparte a los niños, hasta a la falta de alimentación en las unidades educativas. Solo el año pasado se contaron por docenas a los alumnos que se desmayaron en las aulas de clases y por miles a aquellos que no acudían a clases por no tener nada que comer en sus casas.
Y, no crean que la situación ha mejorado para este nuevo reinicio de clases. La crisis alimentaria sigue igual, y hasta peor debido a los altísimos niveles de inflación que golpean incesante y permanentemente a la economía nacional.
Algunos conocedores del sector pronostican que la deserción será mayor este año debido a que los padres no tendrán para comprarles útiles escolares y los uniformes a sus hijos. Muchos padres y representantes verán más productivo poner a trabajar a sus hijos en vez de enviarlos a pasar hambre y trabajo en las unidades educativas.
De esta forma, el actual modelo socioeconómico sigue destruyendo el presente y el porvenir de todos los venezolanos. Ya que, mediante un pueblo no preparado y enfermo, es más fácil empoderarse y sostenerse en el usufructo del poder, que pareciera ser el único objetivo de aquellos que se encuentran en Caracas.
Frente a esta preocupante situación, que es igual de norte a sur de este a oeste en el país, nosotros en la Gobernación de Anzoátegui seguimos realizando los esfuerzos necesarios para apoyar a los docentes y al personal administrativo de las escuelas que dependan de la entidad, para continuar protegiendo y ayudando a los niños.
Hacemos lo que podemos y lo que nos permiten nuestros menguados recursos, debido al ahogamiento presupuestario que padecemos. Y lo hacemos porque en las aulas de clases también se salvan vidas.
Sí, cuando logramos sacar a un joven de las calles y prepararlo para un mañana mejor, salvamos su vida. Cuando le entregamos las herramientas para ser mejores ciudadanos y profesionales también salvamos vidas.
Por tal motivo no desmayamos, no flaqueamos, y estamos dispuestos a seguir luchando por una Venezuela mejor, donde la educación de calidad sea un derecho común para todos los venezolanos.
La educación es savia en cualquier sociedad, es un pilar fundamental para crecer y desarrollarnos como pueblo. Por esta razón, la educación es una piedra angular en la próxima reconstrucción nacional, en la refundación de la Venezuela que estamos luchando por rescatar para la libertad.
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