Sucesos Especial Contrapeso

#MonstruoDeGuayana Siguen apareciendo víctimas: Me pedía que le hiciera sexo oral

Karla es venezolana pero vive en otro continente y cuando se despertó la mañana de este jueves 14 de mayo se tropezó con una noticia que la impactó y que la hizo recordar. » Yo también fui abusada por este señor (Hernán Mendoza) cuando tenia como 5 años y él daba clases en el Esther Capriles (…) me pedía que le practicara sexo oral», contó.

Karla quiere mantener el anonimato en los medios, pero está dispuesta a denunciar a Hernan Mendoza ante las autoridades por lo que le hizo: «Nunca le conté a nadie lo que me sucedió. Solo a mi hermana le comenté algo hace 4 años».

«El tipo de abuso fue que me pedía que le practicara sexo oral en el parque donde nos llevaban a todos los niños después de nadar, él me apartaba a un banquito, -todavía lo recuerdo claramente-, y me decía: `chupa como si fuera una chupeta´ y se sacaba su parte intima. Obviamente con 5 años ¿qué sabe uno? Pero lo que sí sabía era el repudio que sentía por ese señor».

Nos comenta que nunca le dijo nada a sus padres por temor. «Fui nadadora profesional por 10 años y siempre lo veía, cuando yo pertenecía al Club Náutico y él daba clases en el Club Italo Venezolano de Guayana».

A los 12 años, Karla vuelve a nadar por su cuenta en el Club Italo y un día mientras se ejercitaba, lo vio: «Él se metió al agua y me dijo que me iba a corregir la brazada de pecho, (del mismísimo modo que muchas describieron) y desde ese día mas nunca volví ni a nadar, ni a verlo».

«Se mete en la piscina para abusar de las niñas»

Alexandra Díaz, fue una de las primeras víctimas que revivió el abuso en sus redes sociales. En su cuenta en Twitter, contó al detalle lo que vivió durante sus clases de natación con Hernán Mendoza relata que el aberrado entraba al agua y corregía las técnicas de nado con la única intención de abusar.

«Te hacía las correcciones hasta 10 veces por día y lo repetía con cada una de las compañeras», detalló.

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«Obligaba a una niña a hacerle sexo oral y a mí a ver»,

«Yo traté de verificar si esto me estaba pasando solo a mí y cuando lo hacía con otras niñas me metía bajo el agua y efectivamente todas estábamos siendo abusadas», denunció.

Díaz se armó de valor para contar la historia y lo que la llevó a dar ese paso fue que se enteró que Hernán sigue desempeñándose como docente en la entidad y peor aún, sigue tratando con niños.

«Frotaba mi cuerpo con sus genitales»

Valen es una joven de 26 años, cuenta que cuando tenía 7 años y medio, es decir, en el 2001, sus padres decidieron meterla en el Plan Vacacional del Colegio de Abogados de Puerto Ordaz: «Recuerdo que tenía esa edad porque mi hermano había nacido y estaba bebé, y en ese plan vacacional me lastimé un diente nuevo y la encía se me puso morada».

«Durante esa época almacené SIEMPRE en mi cabeza que el profesor de natación me apretaba muy fuerte debajo del agua durante los ejercicios de respiración y porque en los lockers las niñitas preguntaban si el profesor las apretaba también. Siempre recordé su cara, tenía una gran nariz y una panza grande».

Valen cuenta que la denuncia de Alexandra Díaz en Twitter y la historia de otra chica que puso su foto, la hicieron caer en cuenta. «ES ÉL. NO PUEDO CREERLO».

Asegura que recordó su cara enseguida aún con más claridad. «Aparte el mecanismo que usó con ellas durante los ejercicios de respiración, era el mismo que viví», dice Valen, dicha «técnica» consiste en contar las series agarrándole los genitales.

«Inmediatamente empecé a recordar cosas particulares y específicas que pasaban debajo del agua durante esos fulanos ejercicios: Este profesor a veces nos agarraba de a dos niñas, en otros casos pero a mí me a agarraba sola. Recuerdo que nos pedía que con un bracito nos agarráramos de su cuello y el otro brazo que quedaba libre, él lo agarraba fuerte y se sumergía. Él me apretaba contra su cuerpo, agarraba con fuerza mi muñeca y me hacía tocarle los genitales. Se frotaba los genitales con mi cuerpo, mis piernas y mi mano», añadió.

Valen intentaba abrir los ojos pero lo poco que veía era sus piernitas y muchas burbujas, porque estaba aguantando la respiración. «Era desesperante luchar para salir y sentir que no podía aguantar más la respiración y que esta persona no dejaba de agarrarme con fuerza, siempre muy cerca de su cuerpo, para que yo no saliera».

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Este plan vacacional en vez de ser diversión le trajo a Valen algunos traumas los cuales ignoró, porque como nos explica a los 7 años no entendía realmente qué pasó, «mis sentidos estaban limitados: debajo del agua, sin poder respirar, sin poder ver, solo sintiendo cosas y de vez en cuando intentando abrir los ojos para saber que carajo pasaba».

Confiesa que cuando logró entender lo que había sucedido en las piscinas del Colegio de Abogados, durante esas vacaciones, le daba «vergüenza» decírselo a su mamá. «Aparte ni sabía su nombre, mi única referencia eran sus características más resaltantes: Un profesor de natación narizón y panzón».

Valen habló con su psicólogo cuando empezó a recordar, «muy probablemente haya bloqueado algunas cosas que pasaron, pero deseo profundamente que solo haya sido eso lo que pasó. Los niños bloquean o fragmentan los recuerdos dolorosos, así que quien sabe».

Recomienda hablar con un psicólogo, porque es normal bloquear recuerdos dolorosos y desbloquearlos en la edad adulta. «Si la gente supiera lo horrible que es andar leyendo por ahí que la culpa es nuestra por no hablar en su momento, pero como se habla de algo que no se sabe».

«Mi reto ahorita es integrar esto en mi rompecabezas psicológico, es tratar de sumergirme más en esos eventos con ese maldito, para saber qué tanto me han afectado, qué tanto han aportado a mis crisis de ansiedad, a mis trastornos de sueño. Mi reto es vivir hoy y mañana sintiendo que abusaron de mi completa inocencia. Eso es lo más doloroso, afrontarlo en el presente porque toda mi vida lo reprimí».


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